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55ª Elefantentreffen

Escrito por el 19/08/2012 en Rutas y viajes

Concentracion de los Elefantes 01

Hasta El Rabo… Todo Es Elefante

Un viaje a Los Elefantes siempre es una incógnita y hasta haber terminado por completo el viaje, no se puede cantar victoria, pues en cualquier momento la situación se puede complicar, haciendo el viaje… más interesante.

Como nos ocurrió en esta ocasión, claro que también se puede volver mucho más peligroso, como a Barry y a mí nos ocurrió hace 10 años en nuestra anterior asistencia, en la que tuvimos un par de caídas de las que podían haber terminado mal.

La cuestión, es que 10 años después, decidimos que era hora de repetir la aventura del 2001 y en compañía de Pablo y Almudena el día D (martes 25 de enero) a la hora H (ocho de la mañana), estábamos haciéndonos la primera foto en el Km. 24 de la carretera de Burgos impacientes por salir.

Concentracion de los Elefantes 02

La idea era hacernos ese día la mayor cantidad de Km. posibles y dejarnos para los siguientes días etapas más cortas por si el tiempo se ponía complicado. Tras haber estado atentos al tiempo las jornadas precedentes, decidimos coger la “vía alemana” para ir a la concentración, dejando de lado la italiana por la costa azul que ya tenemos súper machacada y la suiza, por ser donde más probabilidades había de encontrar demasiada nieve.

Con un frío considerable en la que alcanzamos mínimas de -7º, fuimos devorando Km. en etapas de alrededor de 200 Km. hasta llegar a Brive-La Gallarde, donde tras 910 Km. decidimos que dábamos por concluida la etapa del día. Buscamos un hotel en el que nos ofrecieron un apartamento de dos habitaciones para los cuatro, en el que nos organizamos la primera de nuestras “cenas recuperadoras” a base de sopa (llevábamos cocina), embutido ibérico de todos los colores, buen queso manchego, vino de Rioja y hasta tequila.

Nuestro segundo día amaneció despejado, y a las nueve de la mañana ya estábamos rodando dirección Clermont-Ferrand, seguimos por una divertida carretera de curvas para evitarnos el tener que circunvalar Lyon y seguir hacia el norte hacia Chalon, Besançon y llegar a Mulhouse tras una etapa de 726 Km. en los que los últimos 200 nos estuvo lloviendo con diferente intensidad. Localizamos un Etap, hoteles de la misma cadena que los Ibis y Formule1, con una buena relación calidad precio y que sin lujos, ofrecen todo lo necesario para descansar con comodidad. Tras instalarnos, repetimos cena como la anterior y tras un rato de tele nos fuimos a sobar.

El jueves nos levantamos animados y con ganas de poder llegar a Munich, como el viaje se nos iba dando bien, la idea era llegar cuanto antes para poder hacer un poco de turismo por la ciudad. Tras cruzar la frontera alemana, pasamos por Friburgo y en Karlsruhe giramos a la derecha dirección Stuttgart, donde nos empezó a nevar y tras pasar por Augsburg, llegamos a Munich, sin que hubiera dejado de caer el blanco elemento, por suerte todas las carreteras las habíamos encontrado limpias y gracias al GPS, llegamos del tirón al Etap que habíamos elegido para pasar esa noche, habíamos hecho 470 Km. y era la hora de la comida, por lo que nos cambiamos rápidamente y cogimos un taxi que nos llevó hacia el centro donde nos pegamos una buena comida en un restaurante típico, después, otro taxi nos llevó al museo BMW y finalmente nos dirigimos a la cervecería más famosa de Alemania, Hofbräuhaus, fundada en el año 1589 en la que nos dimos un nuevo homenaje a base de jarras de cerveza de litro y comida típica, del resto no me acuerdo.

Concentracion de los Elefantes 05

El viernes amaneció despejado y salimos con la esperanza de devorarnos lo antes posible los 162 Km. que nos separaban del hotel que habíamos cogido en Schönberg, al cual llegamos pasadas las 11´30 de la mañana y acompañados por un radiante sol que yo no me podía creer, ciertamente hacía un “frío de pelotas”, pero el luminoso día animaba que daba gusto, por lo que nada más llegar y además descubrir que el hotel elegido era precioso, acogedor y con un estupendo servicio, nos cambiamos y quitamos alguna capa de encima y salimos raudos hacia la concentración de la que estábamos a tan solo 8 Km. Tanto en el camino hacía allí, como en la propia concentración, yo descubrí unos preciosos paisajes nuevos que en ninguna de mis dos anteriores ediciones en el 93 y en 01 había llegado a ver por culpa de la niebla. La cuestión es que habíamos llegado hasta allí, estábamos súper contentos, y nos pusimos a hacer fotos de todo lo que se movía y de lo que estaba quieto.

Concentracion de los Elefantes 06

Algo que no ha cambiado en esta concentración son sus motos y los moteros que las montan, en el caso de los últimos, mucho “pureta” de cuero, jersey de lana, piel de cualquier tipo, millones de viejos parches en chupa y/o pantalones… Y en cuanto a las primeras, pues que este es el reino de los sides, de los que puedes encontrar de todas marcas, formas, tamaños y antigüedades, y respecto a esto último que el significado antiguo, aquí carece de cualquier valor, y que las viejas Zundapp KS 601 de la Segunda Guerra Mundial y que dieron nombre a esta concentración siguen llegando aquí año tras año, junto a las Jawa, MZ, BMW Guerra y cualquier viejo cacharro que te puedas imaginar. De igual manera, los inventos para protegerse del frío son para todos los gustos y los skys en algunas motos y especialmente las cadenas para poder transitar por el interior de la zona (y mucho años simplemente para poder llagar hasta la concentración) son más que habituales.

A pesar del soleado día, el frío era de verdad, y me daban escalofríos solo de recordarme a mí mismo cuando en el 93 pasé la noche en tienda de campaña, sobre medio metro de nieve a -20º, supongo que con la edad a los huesos les va gustando más el calor, por lo que antes de que anocheciera, nos volvimos al hotel donde descargamos las fotos en un calentito salón y en compañía de unas buenas birras.

Concentracion de los Elefantes 26

El sábado lo dedicamos a pasear por el pueblo, amortizar la sauna y la piscina climatizada y finalmente volver a la concentración para participar en el desfile de las antorchas en honor de Emilio, un primo de Barry, quién le contó a este cuando era pequeño la existencia de Los Elefantes y quién desgraciadamente nos dejó hace un año en un tonto accidente de moto. El origen de cualquier desfile de las antorchas viene de esta concentración, y a diferencia de lo que es habitual ver en España, en donde se hace en moto y para la mayoría de los que participan es como una fiesta, en Los Elefantes, se lee primero un texto en al menos 10 idiomas, se procede a nombrar uno a uno a todos aquellos que ya no están con nosotros y cuyo nombre han aportado los presentes, se realiza un minuto de silencio y, posteriormente, andando y portando las antorchas, se realiza el recorrido de casi 2 Km. que separa la concentración de la capilla de Solla, donde se realiza una misa. Tras lo anterior, volvimos al hotel donde nos pegamos otra opípara cena en su restaurante y a dormir, que mañana iniciamos el regreso.

Para la vuelta habíamos elegido una opción diferente a las habituales, y era bajar hasta Génova para coger un Ferry que nos dejase en Barcelona y meter así algo diferente al viaje, algo que me gusta especialmente. El ferry salía el lunes a las tres de la tarde por lo que teníamos todo el domingo para avanzar y no dejar demasiados Km. para el día siguiente. Salimos dirección Munich, Innsbruck, Bolzano, Verona, y en Brescia nos desviamos hacia Cremona para evitarnos el tener que circunvalar Milán.

A la altura de Verona se puso a nevar y los carteles indicadores avisaban de que habría nieve más adelante, por lo que decidimos seguir avanzando, aunque ya había anochecido, para intentar quitarnos de en medio el mayor número de Km. posible, pues en lo que la carretera estuviese practicable, me parecía mayor riesgo esperar al día siguiente por la posibilidad de que la nieve se helase por la noche y las carreteras estuviesen peor por la mañana.

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Tras pasar Piacenza, las posibilidades para bajar a Génova son dos, la directa por la autopista A-7 que eso sí, pasa por el Paso de Giovi, un alto de 472 Mts. o por la A-26, en teoría con menos posibilidades de nieve pero más larga.

Pablo, Almudena y yo decidimos tirar por el camino recto, a fin de cuentas no eran ni las ocho de la tarde, la carretera estaba limpia y si la cosa se ponía fea nos podíamos dar la vuelta, Barry a lomos de la Harley no lo veía tan claro, y prefirió aprovechar para quedarse en Alessandria y ver a algunos colegas.

Según bajábamos, la nevada empezó a hacerse más copiosa por momentos, aunque realmente, la carretera seguía estando limpia, por lo que continuamos a un prudente ritmo de unos 70 Km./h. y tomando las curvas como si llevásemos ruedines en la rueda trasera hasta que finalmente tras más de una hora para hacer los 68 Km. de distancia, llegamos a Génova donde increíblemente aún seguía nevando.

Nos habíamos hecho 900 Km., habíamos pasado las temperaturas más bajas del viaje (-12º), estábamos cansados, pero finalmente habíamos llegado. Tras buscar un hotel en el centro, nos pegamos en la habitación una cena de las nuestras y nos acostamos sin poner el despertador, que al día siguiente no había que madrugar.

A la mañana siguiente llegó Barry y nos juntamos todos en el puerto para esperar la salida del ferry, donde nos juntamos con otros cuantos españoles que también venían de la concentración, como dos madrileños a lomos de dos Vespa Rat, o el mítico Paco “el chispa” al que no veía desde hacía un montón de años, en el barco, una biodramina y una cerveza nos dejó tan tirados que nos pegamos casi toda la travesía durmiendo en los camarotes, finalmente el martes 1 de febrero, a las nueve de la mañana, llegábamos al Puerto de Barcelona listos para realizar los últimos 600 y pico Km. que nos separaban de casa y que aprovechamos para pensar en nuevas metas, como el Kristal Rally o los Altes Elefantes… y porqué no, en que un poco de masoquistas si que tenemos ¿no?

DE INVENTOS, TRUCOS Y SENSACION TERMICA

Si tenemos en cuenta que el 90% de nuestro viaje transcurrió con temperaturas ambiente de entre los 2º sobre cero y los 12º bajo cero,  la sensación térmica que mantuvimos a lo largo de todo el viaje fue de entre -15º a -30º aprox., algo que ya sabíamos que iba a suceder y que implicaba abrigarse bien y fabricar algunos inventos para la moto.

Concentracion de los Elefantes 43

En la industria auxiliar hay un montón de productos que te pueden facilitar la vida a la hora de viajar en moto en climas especialmente fríos, pero si bien porque los vas a dar poco uso, porque en general son caros o como en esta ocasión, porque me apetecía “fabricarme” mis propios “Gadget elefanteros”, aquí van algunas ideas que en mi caso me han funcionado perfectamente y que podéis ver en la foto.

Elevación de pantalla: Una vieja pantalla de casco sujeta con dos bridas tras hacer un par de taladros de 4 mm y sellada con unas tiras de cinta negra. Aumentaron la protección tanto en altura como lateral.

Cubre puños: Unas cajas de cartón apilables, convenientemente recortadas a medida, plastificadas con cinta adhesiva y sujetas al manillar con generosas cantidades de cinta negra. Evitan que el viento y la lluvia o nieve lleguen directamente a las manos

Cubre pies: La tapa de una caja de plástico, sujeta con bridas a diferentes partes del chasis y/o del cubre cárter. Evita que el aire o el agua de la carretera lleguen de manera directa a los pies, la parte del cuerpo que más sufre en estas circunstancias.

Manta: Una vieja colchoneta de camping sujeta con bridas y cinta americana. Impide que el aire llegue a la parte superior de las piernas y “partes nobles”, sin duda el “invento” que más agradecí a lo largo del viaje.

Todos los apaños aguantaron sin inmutarse los Km., la lluvia y la nieve que nos cayó a lo largo de todo el viaje y el costo total fue de los pocos € de la cinta adhesiva y las bridas.

Comentarios

  • Un placer haber podido compartir este viaje con vosotros, hay que repertir con otra rutita. Me ha encantado el reportaje!!..gracias Miguelin!!!

  • Miguel Angel Fernandez dice:

    Hola Almu.
    El placer fue mio, ya lo sabeis.
    Otra cosita: En cuanto me paseis Pablo y tu fotos y texto de vuestro viaje al Kristal Rally, lo cuelgo aquí, en mi blog. De alguna manera lo siento también como si fuese mi viaje.
    Besos




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