Guadalest y Las Fuentes del Algar
Escrito por Miguel A. Fernández el 13/08/2012 en Rutas y viajes
OASIS ALICANTINO
La villa de Guadalest y Las Fuentes del Algar, ubicadas en la comarca de la Marina Baixa, Alicante, son unos de los enclaves turísticos más visitados de España, y razones no les faltan para que esto sea así.
El Castell de Guadalest se trata de un bonito pueblo situado a unos setenta Km. de Alicante, en la falda de las Sierras de Aitana, Serrella y La Xortá y a unos 20 Km. de la Costa Blanca a la altura de Calpe. De origen islámico, en ese periodo ya se consideraban sus fortificaciones de gran valor. Conquistada por las tropas de Jaime I, fue cedida a Vidal de Sarriá, a cuya familia perteneció hasta 1335, momento en que pasó al infante Pedro de Aragón.
Desde 1543 fue centro del Marquesado de Guadalest, con el que Carlos I distinguió a Sancho Folc de Cardona y Ruiz de Lihory y tenía jurisdicción sobre una veintena de pueblos del entorno, algunos de ellos bastante más grandes que la propia Guadalest, pero la expulsión de los moriscos en 1609 primero, y un terremoto en 1644 después, que derrumbó gran parte del castillo, causaron su ruina. Las desgracias de esta pequeña villa no terminaron hasta la guerra de sucesión, durante la cual, la explosión de una mina volvería a causar graves desperfectos.
Con apenas dos centenares de habitantes, esta pequeña villa declarada Conjunto Histórico Artístico en los años setenta, recibe más de 2.000.000 de visitantes al año, con la particularidad de no disponer de plazas hoteleras de ningún tipo y para visitarlo hay que entrar por un túnel excavado en roca para posteriormente recorrer sus duras calles a pie.
Por suerte y dada su particular ubicación en lo alto de una agreste roca, hasta aquí no llegan los automóviles, y el recorrido nos permitirá admirar sin despistes tanto sus monumentos más significativos, como el elenco de museos más sorprendente que se puede encontrar en toda la provincia de Alicante. Dentro de los primeros, destacan el castillo de San Josep, la Casa de Orduña, la Iglesia Parroquial, el Ayuntamiento o el curioso cementerio, situado en lo alto de la fortaleza musulmana, parte de los segundos son, el recientemente restaurado Museo Municipal Casa de Orduña, edificado en el siglo XVII y que cuenta con una biblioteca con alrededor de 1300 volúmenes, la sala de la Virgen o su colección de cerámica. El Museo de Microminiaturas, donde entre otras curiosidades se puede ver un camello paseando por el ojo de una aguja. El Museo Belén y Casitas de Muñecas, donde entre otras singulares maquetas podremos admirar la de la ciudad de Belem. El Museo Microgigante donde se pueden ver esculturas de tamaño ínfimo, como la Biblia hecha en un cabello o una hormiga tocando el violín. El Museo de la Tortura y por supuesto, el Museo Etnológico de Guadalest, donde se muestra la vida de antaño junto a los aperos de labranza de los antiguos habitantes.
Estos últimos, los habitantes, han visto como tanto ellos como su población se transformaban debido al turismo, y prácticamente toda la población se ha volcado en el servicio turístico, dejando de lado la actividad agrícola, tradicional fuente de ingresos de la población y que hoy en día no deja de ser una simple actividad residual. Así, al pie del promontorio rocoso donde está situado el casco antiguo, se encuentra el Arrabal, el núcleo más moderno de la población, donde casi cada casa es un bar, restaurante, tienda de artesanía o museo.
A Guadalest desde la costa se llega por la carretera de Polop o la de Callosa d´En Sarriá un poco más larga, y si cogemos esta última, en poco más de una decena de kilómetros nos situaremos en Las Fuentes del Algar, tras atravesar Callosa, pero en esta ocasión y aprovechando que veníamos de viaje desde Madrid, nos desviamos a la altura de Sax para tomar dirección Alcoy. El inevitablemente aburrido viaje de autovía lo fue un poco menos gracias a las prestaciones de nuestra compañera de hoy, un Piaggio X-Evo 400ie, que además de su doble hueco (bajo el asiento y tras el pasajero), que permitía llevar todo el equipaje seco y bajo llave y una muy buena protección aerodinámica, era capaz de mantener cruceros de 140-150 Km./h. hasta en las subidas sin despeinarse, por lo que no tarde en llegar ni medio minuto más de lo que hubiese tardado con cualquier moto grande.
Desde Alcoy a Guadalest las opciones son varias, y en esta ocasión decidí coger la CV-785 que me llevó hasta Benifallim por una carretera muy divertida, bien asfaltada y por entretenidos paisajes que hicieron que se me quitase el aburrimiento en un momento, de Benifallim a Benilloba por la CV-787 más de lo mismo, con buen asfalto y carretera aún más estrecha y revirada de nulo trafico. Justo antes de llegar a Benilloba la CV-787 nos deja en la CV-70 que tras atravesar Benilloba nos llevará hasta Benasau, donde cogeremos la CV-7560 para atravesar el Puerto de Confrides, Confrides, Benifato y Benimantell por una preciosa carretera que finalmente nos dejará en Guadalest.
Dirección a Callosa es parada obligada el Museo de la Moto de Guadalest, que nos encontraremos a mitad de camino de estas dos poblaciones, con una estupenda colección de motos clásicas y antiguas además de algunos peculiares microcoches. Tras llegar a Callosa atravesaremos el pueblo y nos dirigiremos hacia Las Fuentes del Algar por la CV-715, carretera que lleva a Bolulla y Tárbena.
Las Fuentes del Algar es otra de esas pequeñas joyas que la naturaleza nos ofrece especialmente apropiada para huir del estrés, los agobios y el calor.
Situadas como decimos, junto a la población de Callosa d´En Sarriá, las Fuentes del Algar no son como algunos piensan, el nacimiento del río que les da nombre, río que nace al oeste de Sierra Bérnia, pero se benefician, por estar cerca de su nacimiento, de lo cristalino de sus aguas, de su pureza y frescor y de la omnipresencia del sauce, el chopo, el fresno y la adelfa, vegetación que se ve acompañada en las zonas de más umbría de musgos y helechos que encuentran en este especial microclima un ideal caldo de cultivo para mostrarse en todo su esplendor.
Tras aparcar el coche en alguno de los aparcamientos que rodean este complejo, iniciaremos una ruta a pie, cuya duración vendrá marcada exclusivamente por el tiempo que dispongamos pero que si lo deseamos no superará la hora de duración, el paseo se realiza con comodidad con el único escollo de la multitud de escaleras que habremos de subir o bajar para acceder a todos y cada uno de los niveles que componen este curioso oasis.
El Toll de la Caldera es la primera poza con la que nos encontramos tras superar el restaurante que se encuentra dentro del recinto, y probablemente sea la más espectacular, gracias a su gran cascada que nos recibe de sopetón invitándonos ya, desde ese momento, a liberar la mente de prisas y aislarnos dentro de un ambiente de relajación y espléndida naturaleza.
La subida por el tramo más largo de escaleras de piedra tras superar el puente de madera nos llevará al Toll Blau desde donde podremos acceder al Toll del Baladre y posteriormente al Toll de la Presa, siendo en estas dos últimas pozas donde podremos darnos un refrescante baño, especialmente si hemos elegido la época estival para realizar nuestra visita.
Por dos caminos distintos podremos realizar la vuelta al inicio de la ruta, bien por un largo tramo de escaleras que nos devolverá al restaurante, bien por una especie de pasillo que discurre paralelo a un antiguo canal de riego y que dirigirá nuestros pasos hacia el Arboretum y el Museo del Medio Ambiente, dedicado al mundo de las plantas aromáticas y sus propiedades curativas y que recoge una buena selección de árboles y plantas aromáticas de la zona.
Saliendo del museo y siguiendo una senda de grava de poco más de 500 metros de longitud, llegaremos a la zona de pic-nic y acampada y lugar desde donde podremos iniciar si lo deseamos distintas rutas de senderismo. También desde la zona de pic-nic, sale otro camino de grava que nos llevará al Museo del Agua, que ubicado en una antigua fábrica de luz, alberga maquetas y explicaciones de distintas obras hidráulicas de la provincia, entre las que destaca el pantano de Tibi, que está considerado como el más antiguo de Europa y que fue construido entre los años 1580 y 1593.
Las Fuentes del Algar constituyen en si mismas un regalo de la naturaleza, cuya visita es más que obligada por su belleza y proximidad a lugares tan turísticos del litoral alicantino, y convertirán un día de excursión aprovechando nuestro periodo vacacional en unas vacaciones más completas y culturales y que nos trasladarán del bullicio de la costa a la tranquilidad y sosiego del más puro paisaje de montaña.
No debiéramos dejar pasar, además, la pausada visita a Callosa d´En Sarriá, que con su Poador de la Font Major, la Ermita de Santa Bárbara, el Retablo de la Virgen de los Dolores, la Iglesia de San Juan Bautista y un largo etc. de lugares y monumentos, nos ofrecerá una jornada llena de agradables sorpresas.
CÓMO LLEGAR
Desde Benidorm, coger la CV-70 en dirección a Callosa d´En Sarriá. A tres kilómetros, coger la CV-715, carretera que lleva a Bolulla y Tárbena, hasta las Fuentes del Algar.
También desde Callosa d´En Sarriá sale la carretera hacia Guadalest.
DÓNDE DORMIR
Callosa d´En Sarriá
El Repós del Viatger
C/Major,1 Tel. 965882322
Polop de la Marina
Devachan
C/ San Francisco, 13 Tel. 966895640
L´Alfas del Pi
La Riviera
Camino del Faro, 1 Tel. 966865386
DÓNDE COMER
Las Fuentes del Algar
Aparte del restaurante que hay dentro del complejo, fuera, junto a los aparcamientos, hay distintos restaurantes donde podremos reponer fuerzas. Además, por su proximidad a Altea o Benidorm, disponemos de toda la infraestructura hostelera que caracteriza a esta zona.
Guadalest
Restaurante El Tosal C/Aitana, 5
Restaurante Mora C/Del Sol, 1
Restaurante El Rincón de Pepe C/Aixortá, 1
Restaurante El Riu Ctra. Callosa-Alcoy, Km. 5
Etiquetas: Guadalest, Las Fuente del Algar, rutas, turismo