Siempre Ruedas y Motor

Estética Práctica

No siempre las preparaciones han de realizarse buscando la máxima efectividad en el todo terreno extremo, si sabemos de antemano cual va a ser el uso que le vamos a dar a nuestro vehículo y este no va a ser ni el de superar enormes obstáculos ni el de realizar largas rutas africanas, la estética puede ser en ocasiones un factor determinante para realizar una preparación, si además, con ella le sacamos al coche el rendimiento que esperamos en el uso que le vamos a dar, miel sobre hojuelas.

Gustavo, el dueño de este Nissan Navara tiene fincas y se dedica a la construcción, por lo que mueve habitualmente un remolque grande, y a menudo cargado con bastante material de construcción, por otra parte, se ha de mover por todo tipo de pistas en una zona en la que según las inclemencias del tiempo pueden estar bastante complicadas y en las que abundan las grandes piedras a lo largo del camino.

La Navara, tiene la seña de identidad de todas las pick up, y esta es la de ser un vehículo muy versátil, esto y el hecho de que le gustase su línea, fueron los motivos que le inclinaron a comprarse una. Posteriormente, ya teniendo el coche es cuando se decide a prepararlo.

Tras la instalación de la preceptiva e imprescindible para Gustavo, bola de remolque, lo primero que se hizo fue pintarlo del color actual, ya que el coche en un principio era negro, a continuación se le puso una defensa delantera junto a los faros de largo alcance.

La sensación, a pesar de la mejora estética del coche, es que aún estaba muy “soso”, por lo que se pasó a tomar medidas en el apartado suspensión, además de por una cuestión estética por el hecho de que al desenvolverse habitualmente por pistas, enseguida descubrió que los ángulos no eran especialmente buenos e iba pegando por todos los lados. En primer lugar se montaron unos amortiguadores Old Man Emu Pro, los posteriores a los Nitro Charger, unos muelles Mavilsa más 5 centímetros, y a las ballestas se les dio más flecha y se le montaron unas gemelas de más 14 centímetros, lo que en si mismo viene a elevar unos 7 centímetros. Con lo anterior, se conseguía además de altura, una dureza extra muy bien recibida a la hora de tirar del remolque.

Llegados a este punto, ahora lo que se veía es que el coche estaba como muy levantado pero muy estrecho, entonces, nos cuenta, decidimos montarle unos aletines de 13 centímetros, lo que consigue un ensanchamiento de 26 cm. en total, que nos trajo el “problema” de que había que montar unas ruedas acordes a esta nueva anchura; el offset en las llantas de la Navara es 0, y las llantas con más desplazamiento que encontrábamos eran de más 3 cm, y se nos seguían quedando muy dentro de los aletines, por lo que hubo que recurrir a fabricar unos separadores a medida, realizados por un tornero, de más 4 cm, que unidos a los 3 cm que ganamos con la llanta, son 7 cm de anchura suplementaria por rueda, un total de 14 cm de ancho de vías que ya es muy bueno para lo que queríamos.

Entonces, el problema que surgió, es que las nuevas ruedas, unas Mickey Thompson Baja ATZ en medidas 265-70/17, (de las que los 175 CV del motor, tiran sin problemas), pegaban en todos los lados de la carrocería, por lo que hubo que realizarle un body lift de 5 cm. con unos tacos de nylon, tanto a la caja como al habitáculo, que nos llevó a tener que modificar el recorrido de la palanca de cambios (que ahora quedaba más baja), para que fuese todo perfecto, de igual manera, el motor queda 5 cm más bajo, por lo que todas esas tapas y accesorios que llevan los motores modernos pegaban en el radiador y en todos los sitios y también hubo que modificarlas para que bajaran con el motor sin que pegaran en ningún lado, de la misma manera, al radiador hubo que recortarle el envolvente de abajo.

Los paragolpes, tanto el trasero como el delantero, se modificaron para que siguieran pegados a la carrocería pero 5 cm más altos y hubo que fabricarle unos soportes especiales, así como los latiguillos de freno delanteros, que en la Navara bajan rectos y en la parte final hacen como un “caracol” que por suerte nos dio el suficiente juego como para poder estirarlos y que llegasen sin tener que cambiarlos por unos nuevos.

Todo este tratamiento, nos permitió ganar la altura, anchura y aspecto que deseábamos para el coche, los grupos subían gracias a las ruedas grandes, el chasis subía por el trabajo en la suspensión y la carrocería se elevaba gracias al body lift, lo que incluso nos permitió poderle instalar unos estribos, a modo de taloneras que protegen la carrocería sin apenas quitar ángulo ventral al coche.

Reforzando la estética, pero siguiendo la misma línea de darle uso, en el techo se le añadió una barra de faros con cuatro focos, que iluminan a la perfección las pistas durante las cortas tardes de invierno, también el Hard Top deportivo viene a dar personalidad a la navara, a la vez que cumple su función de proporcionar un gran espacio de carga con cerradura, resultando más estético que los habituales hard top rectos, a este, al igual que a las ventanillas de la caja, se le han tintado las lunas.

Con todo ello, el coche estaba “terminado” a la medida de las necesidades de Gustavo, que quiso dar una última pincelada añadiéndole a los laterales unos adhesivos con el nombre y el logo de Monster, que gracias a la pintura en verde metalizado, le quedan que ni hechas a propósito.

En el interior no se le han instalado ningún tipo de aditamentos especiales, y una vez más, la única concesión ha sido la instalación de un equipo de música multimedia con cámara de marcha atrás, para facilitar las maniobras de aparcamiento, los movimientos en pistas y poder llevar más controlado el remolque, además, incorpora navegador, TV, DVD, etc.

Homologar y reflejar todo en la ficha técnica fue el paso final de esta preparación que, además de cumplir con las expectativas estéticas de su propietario, ha conseguido para esta navara, aumentar sus capacidades todo terreno para adaptarlas exactamente al uso que se le va a dar, a fin de cuentas, el objetivo final de cualquier preparación.

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