Siempre Ruedas y Motor

Cuarta edición y cuarto éxito del Sixty Rider Festival, una fiesta en torno al gran campeón Julián Simón en su pueblo natal, Villacañas.

La novedad este año era la incorporación a las labores de organización de la Peña Motera Águilas CM3000 que cargó con el peso del evento, apoyado por el Club Motociclista Julito Simón.

Lo que no cambió, y esperemos que no lo haga nunca, es la presencia de Simón, que desde primera hora de la mañana del sábado estuvo omnipresente en todos los actos, atendiendo a los varios cientos de participantes que tuvo la concentración en todo momento.

Ya desde la mañana del sábado, en el circuito de Moto Cross, Julito y “compañía”, dieron un exhibición de la disciplina, para todos los que nunca le hubiesen visto fuera del asfalto.

En el pueblo, mientras, todos los inscritos podían saborear unas gachas manchegas para coger fuerzas antes de salir a la ruta turística por las poblaciones vecinas y tras el homenaje al motero ausente, ruta que les llevaría por Tembleque, El Romeral (pueblo de los Águilas CM3000 y donde se tomó un aperitivo), Lillo y La Villa de Don Fabrique, con una nueva parada, antes de regresar de nuevo a Villacañas.

Enseguida llego el mediodía, y la zona donde se encontraba el epicentro de la concentración estaba cada vez más animada y plagada de motos y moteros. A las tres se ofreció la comida y, a continuación, comenzó el concierto a cargo de la banda The Fever Band, que mantuvieron entretenido al personal “rockeando” canciones conocidas y de su propia cosecha.

Para entonces, Julito, en una carpa cerca del escenario, estaba atendiendo fans, firmando póster y haciéndose fotos con todo el que lo deseara, de la forma en que él lo hace, sin dejar que ni uno solo que quisiera tener su firma o una foto se quedase sin ella.

Entre charla, risas y alguna cerveza, nos dieron las seis y media de la tarde, momento en que estaba preparada una exhibición a cargo de la Escuela Infantil de Motociclismo de Toledo, y en la que pudimos disfrutar de las evoluciones de niños y niñas que en algunos casos no contaban ni cuatro años, comprobando como la habilidad de alguno de ellos, superaba con creces la de muchos mayores que se mueven habitualmente con moto, y demostrando una vez más, como las escuelas de pilotos, los cursos de conducción y escuelas de seguridad vial, son una garantía y una piedra fundamental para conseguir conductores seguros y pilotos con una completa formación.

A continuación llegaba el turno de otro grande, Emilio Zamora, una garantía de entretenimiento para grandes y pequeños, moteros y vecinos del pueblo y una seguridad de éxito para cualquier concentración que contrate sus servicios. Con un show cada vez más completo, variado y técnico, Emilio a cada actuación no hace sino demostrar lo que ya sabe casi todo el mundo, que es uno de los grandes del mundo de la especialidad. En la galería tenéis un buen ejemplo de lo que brindó a los espectadores.

Tras la exhibición, todo el mundo regresó a la zona de reunión, donde se realizó el sorteo de regalos, la entrega de trofeos y los reconocimientos, entre los que cabe destacar el realizado a las mujeres “de atrás”, esas que siempre nos acompañan, nos apoyan y, reconozcámoslo, nos sufren y que tuvo como especial receptora a la mujer de Luis, el presidente de Los Águilas, que se encuentra inmersa en una dura lucha con la enfermedad y que recibió la ovación y el abrazo de todos los que allí nos encontrábamos, ¡Tu puedes!.

Tras los trofeos, todos los presentes se dirigieron a sus motos para realizar el recorrido nocturno por la localidad y dirigirse hasta la sede de los Águilas CM3000, donde se ofrecería la cena, a base de barbacoa, amenizada con música en vivo, y posteriormente, discoteca y … en teoría, fin de fiesta, aunque eso fue solo para algunos, ya que otros terminaron más bien tarde, aunque esto ya es parte de la historia de cada uno y no de la crónica de la concentración.

Un nuevo éxito, como decía al principio, y merecido, añadiría ahora al final, tanto por el esfuerzo y buen hacer de la organización, como por el apoyo, colaboración y participación de Julián Simón, un pilotazo que por muchos títulos mundiales que pudiera conseguir (y que a buen seguro conseguirá, estar al tanto los escépticos), no le harían tan grande como le hace su persona. Ojala muchos en el paddock aprendieran de él.

Etiquetas: Concentraciones 2012, Emilio Zamora, Julito Simón, motos