Siempre Ruedas y Motor

Rutamotor es un club melillense especializado en “traer peninsulares” hasta sus africanas tierras. Tanto en coche como en moto, organizan excursiones a Marruecos, eso sí, mostrando antes con orgullo a todos sus invitados, las maravillas que esconde su muy española Melilla.

En esta ocasión y con la colaboración del concesionario Ssangyong de Melilla, Alicar, no fue diferente, y tras un par de días en Melilla, para que todos los integrantes pudieran hacer los últimos preparativos, los quince coches que componían la caravana cruzamos la frontera a las siete de la mañana con idea de afrontar el día más largo.

Tras pasar por Nador, Missour, Errachidia, El Gran Palmeral, Erfoud y Rissani, cogimos una pista que nos llevaría, ya anochecido, hasta nuestro albergue, el Dunes D´Oro, donde tras cenar, todos nos fuimos a dormir mas pronto que tarde para recuperarnos de los más de 700 km. de esta primera jornada.

El segundo día fue el dedicado a disfrutar de los Todo Terreno en el mar de dunas del Erg Chebbi, si bien previamente visitamos Merzouga, donde regresaríamos tras la visita a un lago próximo. Ya por la tarde, unos en coche otros en dromedario, nos desplazamos hasta el campamento de haimas donde cenaríamos y pasaríamos una noche pasada por tierra, debido a la tormenta de arena que nos azotó durante buena parte de la noche.

A la mañana siguiente, vuelta al albergue con las mismas características que el día anterior, irritación de muslos en los transportados en dromedario, y uso de eslingas y fuerza humana en los que íbamos en coche; por supuesto para gustos hay colores, pero yo elegí, acertadamente (desde mi punto de vista), la opción Todo Terreno y me lo pasé pipa. Tras regresar al campamento, el grupo se dirigió a visitar un museo y comer, para por la tarde, tras un chaparrón como yo creo que no recuerdan en Marruecos, regresar al hotel para cenar y descansar de tan intenso día.

El cuarto día de viaje nos llevaría a las Gargantas del Todra, por lo que tras cargar los coches y hacernos la foto de rigor delante del albergue, cogeríamos la pista que nos llevó hasta la carretera de Rissani, Tinejdad y por fin al majestuoso escenario que ofrecen las gargantas y el paisaje de los pueblos que las rodean. Tras instalarnos en el hotel al cual se accede tras realizar un pequeño vadeo al propio Río Todra, comimos y realizamos una visita a pie guiada por las gargantas, pueblo y huertas, para regresar, tomar un refrigerio, ver el espectacular anochecer y celebrar otra típica cena española en la que no faltó el buen vino español para animar aún más el mejor ambiente que desde el principio hubo entre todo el grupo.

El quinto día de viaje correspondía al de vuelta, lo que nos llevó a atravesar una vez más la preciosa Cordillera del Atlas, con sus picos nevados y la diversidad de paisajes que se pueden disfrutar en un viaje como este, de la arena del desierto a las montañas nevadas, de la hamada a los oasis, de la desolación a la más exuberante vegetación. Un viaje además, que como hemos podido ver en esta ocasión, no solo no está vedado a los más pequeños, sino que los doce niños de todas las edades que formaban parte de la expedición se lo pasaron en grande, en los Todo Terreno, jugando con las dunas del desierto o haciendo “migas” con la inmensa chiquillería que te puedes encontrar en cualquier lugar donde te detengas.

Etiquetas: 4x4, Marruecos, Rutamotor, turismo