Aguilar de Campoo. En el corazón de la montaña palentina

Rutas y viajes

Aguilar de Campoo. En el corazón de la montaña palentina

Escrito por Miguel A. Fernández el 01/01/2013 en Rutas y viajes

El embalse de Aguilar

El Embalse de Aguilar, forma parte de una de las rutas paisajísticas más bellas de la montaña palentina, la ruta de los pantanos, que comenzando en el de Aguilar nos lleva a conocer los de Requejada, Ruesga, Camporredondo y Compuerto; pero también es el protagonista de la ruta que hoy haremos.

Inaugurado en 1963, su presa transitable tiene medio kilómetro de recorrido y 48 metros de altura, además, por encima de la presa, sobresale un mirador con vistas impresionantes del embalse, la villa y el entorno. Junto a los pueblos y monumentos que hoy se pueden visitar realizando un recorrido a su alrededor, conviene rendir homenaje a los pueblos anegados bajo sus aguas, como Cenera de Zalima, cuya portada de su iglesia está en el castillo de Monzón; Frontada, que pudo conservar su iglesia románica, recientemente restaurada por la Confederación Hidrográfica del Duero; Quintanilla de la Berzosa, que mantuvo la iglesia de San Martín y la necrópolis adyacente, o Villanueva del Río, cuya iglesia románica se salvo de las aguas y fue trasladada piedra a piedra al Parque de la Huerta de Guadián de la capital palentina, así como su puente medieval, visible cuando el nivel del agua baja.

Además de lo anterior, la ruta por el embalse nos mostrará la Ermita de Santa Cecilia en Vallespinoso de Aguilar, el Barrio de Santa María con su Ermita de Santa Eulalia y la colonia de cigüeñas que se instala en sus alrededores, o la Ermita de Quintanahernando y la Iglesia de San Pedro en Salinas de Pisuerga entre otras muchas bellezas.

Esta ruta, que nos permitirá disfrutar al máximo de nuestro SUV al poner a nuestro alcance algunas preciosas pistas, es, por cercanía y porque el destino lo merece, ideal para realizarse en un fin de semana (como mínimo), para de esta manera poder visitar, comer y dormir en la espectacular Aguilar de Campoo.

Aguilar de Campoo

Declarada Conjunto Histórico Artístico el 20 de enero de 1966, esta Villa-Museo, enclavada en el noreste de la provincia de Palencia fue poblada por cántabros, romanos y visigodos, baluarte en la dominación árabe, villa de gran importancia en la Edad Media y destino turístico de primera magnitud en la actualidad.

La importancia de Aguilar de Campoo en nuestra historia es fácil de deducir acudiendo a unos pocos apuntes históricos, así, el 14 de mayo de 1255, reinando Alfonso X El Sabio y estando en Aguilar, la declara Villa Realenga, y la marca en sus términos, siendo este el primer fuero Real de Castilla. De 1252 a 1369 fue cabecera de una de las más extensas y pobladas merindades de Castilla, contando con 262 localidades. Los Reyes Católicos instituyeron el Marquesado en Aguilar, a favor de Garcí Fernández Manrique (I Marqués de Aguilar, 1480). Fue en 1517 cuando por primera vez permanecieron en Aguilar el futuro emperador Carlos V y su hermana Leonor. Cuando el 10 de agosto de 1519 parten desde Guetaria 29 marineros junto a Juan Sebastian Elcano para dar la primera vuelta al mundo, uno de ellos, Juan Martín, era natural de Aguilar, a quien la villa tiene dedicada una de sus plazas. Tras ser nombrado emperador, Carlos V volvió a Aguilar por segunda vez en 1522, momento que aprovecho para visitar el sepulcro de Bernardo el Carpio, vencedor de la batalla de Roncesvalles, enterrado en Aguilar en el risco junto al Monasterio de Santa María La Real. Tampoco Miguel de Unamuno se resistió a los encantos de esta villa, visitándola y escribiendo un artículo en 1921 que después se recogería en su libro “Andanzas y visiones de España”.

Aguilar de Campoo es el centro de una comarca caracterizada por sus grandes atractivos naturales y monumentales, destacando entre los últimos la cantidad de edificios románicos existentes, constituyendo la mayor concentración europea, que es lo mismo que decir del mundo, de esta manifestación artística.

En la actualidad, una visita a Aguilar de Campoo y sus alrededores, nos ofrece un sinfín de posibilidades a la hora de escoger nuestro recorrido, así, las guías de la provincia nos ofrecen una serie de itinerarios, todos ellos interesantes y dignos de recibir la atención precisa, que en ocasiones puede ser la de varios días y que serían los siguientes:

Aguilar Monumental, que nos llevaría por el Monasterio de Santa María La Real, La Colegiata de San Miguel, La Ermita de Santa Cecilia, La Iglesia de San Andrés y El Monasterio de Santa Clara.

Aguilar Medieval, este itinerario nos llevaría por El Castillo, La Muralla, Las Puertas de Reinosa, del Palacio Real, de La Tobalina, del Portazgo, de La Cascajera, de San Roque y del Beaterio, así como por el Barrio Judío y la Sinagoga.

Arquitectura Civil, Aguilar cuenta con más de 100 escudos y blasones repartidos entre las portadas de sus palacios, fachadas, casonas, etc. Este itinerario también nos llevaría por La Plaza Mayor, El Palacio de Los Manrique, El Palacio de los Villalobos-Solorzano, El Palacio de los Marqueses de Villatorre, y también por sus casonas, como la Casa del Cura, la de Santa María La Real, la de Marcos Gutiérrez, la de los VII Linajes o la Casa de los Velarde.

Puentes y Paisajes, Este recorrido nos llevará por el Puente Mayor, el Puente del Portazgo, El Puente del Molino Turruntero, el Puente de La Teja, los Puentes del Paseo de la Cascajera y el Puente de Las Tenerías.

Pero es que como ya hemos dicho, una visita a Aguilar, implica de alguna manera realizarla también a su entorno, al resto del municipio, a la comarca.

Vengase el viajero a vivir a la montaña palentina y no le faltará durante años estudio, vistas, paisajes, monumentos e historia como para no aburrirse ni un solo momento. Vengase a pasar su periodo vacacional y se llevara el espíritu y el estómago, que también opina, aunque de esto hablaremos después, cargados de las mejores sensaciones.

Venga a conocer Aguilar un fin de semana, pero venga preparado para llevarse consigo, el pequeño sentimiento de frustración que te queda cuando partes de un lugar en el que sabes que te has dejado un sinfín de cosas por hacer y lugares por visitar, de no haber hecho lo suficiente. Aunque realmente no sea así, y es que Aguilar es como el saber de la vida, que cuanto más sabes y conoces, más te das cuenta que te queda por saber y conocer, que cuantos más monumentos e historia conoces, más tienes la sensación de desconocer Aguilar.

Aguilar a pie

No obstante lo anterior, no piense el viajero que una visita a Aguilar no es posible en un solo día, y el recorrido que hoy proponemos nos llevará tanto por la ciudad como por su comarca y su famoso embalse, dándonos a conocer de manera muy interesante un importante elenco de las muchas bellezas que luce tanto la ciudad como sus alrededores.

Vista la imposibilidad de visitar cada uno de sus atractivos en tan corto periodo de tiempo, nos centraremos en un principio en un completo paseo a pie por las zonas más importantes de Aguilar centrándonos especialmente en el Aguilar Monumental y Medieval, aunque sin hacer de menos el resto de sus atractivos.

Para empezar, lo mejor es aparcar el coche en la Plaza de España o sus alrededores, donde además de estar la oficina de turismo y una buena relación de bares y restaurantes muy a tener en cuenta, se encuentra la Colegiata de San Miguel, Iglesia elevada al rango de Colegiata en 1541 por el Papa Paulo III a petición del III Marqués de Aguilar, este magnifico templo de origen visigodo se reedificó en el siglo XI conservándose la puerta principal románica de transición. El resto del conjunto es gótico, el retablo renacentista y el segundo y tercer cuerpo de su torre, que se divisa desde todos los ángulos de Aguilar, es de origen herreriano.

Tras dar una vuelta alrededor para apreciar todos sus ángulos, justo en un lateral nos encontramos con la Puerta y Puente de Portazgo, el cual cruzaremos para apreciarlos desde distintos ángulos así como para tener las primeras vistas del Pisuerga a su paso por la ciudad; la puerta luce el escudo de Aguilar, simbolizando la fecha en que fue declarada villa realenga y el puente, medieval, aún conserva los asientos sobre los que se hacían intercambios y trueques en época de los judíos.

Bajando por el Paseo de las Tenerías, volveremos a cruzar hacia el interior de la ciudad al encontrarnos el siguiente puente (el de las Tenerías), justo donde se encuentra la Puerta de la Tobalina. Nos encontramos en el antiguo barrio judío y junto a ella podremos visitar el Museo de Escultura de Ursi y apreciar la Casa de Marcos Gutiérrez.

La calle Tobalina nos llevará hasta un cruce que giraremos a la derecha, para poder ver la Casa de los Velarde, adornada con una bonita colección de escudos y blasones, y llegar hasta la Puerta de Reinosa. Tras volver sobre nuestros pasos nos encontraremos con el Palacio de los Marqueses de Villatorre, y tras atravesar de nuevo la Plaza de España, la casa de los VII Linajes, para por la calle Caneja y a la vez que vamos disfrutando de su arquitectura popular, dirigir nuestros pasos en dirección al Castillo, pasando antes, por supuesto, por la Ermita de Santa Cecilia, de construcción románica del siglo XII y en cuyo interior, guarda capiteles tan importantes como el de “la degollación de los inocentes”, uno de los capiteles mejor logrados del románico español.

El Castillo se alza en una montaña rocosa a 970 mts. de altitud. Erigido sobre un castro celtibérico, constituyó una importante fortaleza en el siglo XII y desde su interior se aprecian las mejores vistas de Aguilar y su entorno. Tras descender, bajaremos por la avenida Ronda, desde la cual al girarnos podremos ver una nueva imagen del Castillo, dominando la ciudad. Casi al final de la avenida giraremos a la derecha para atravesar la Puerta del Paseo Real, tras la cual, tendremos nuevas vistas del Castillo y podremos admirar los restos de la Muralla. Al volver, giraremos a la derecha para ver el Puente Mayor, una de las principales vías de acceso a Aguilar y cogiendo la calle del Puente, atravesar el Puente de San Roque, desde el cual tendremos otras bonitas vistas del Pisuerga.

El Paseo de la Cascajera nos llevara hasta la puerta de su mismo nombre, un arco del siglo XVII, a orillas del río y considerado como uno de los rincones más bonitos de Aguilar. La vuelta a la Plaza de España, dará por terminado este paseo a pie, por lo que cogeremos el coche y nos dirigiremos hacia el Monasterio de Santa María La Real, al que se puede llegar fácilmente andando pero que en este caso, nos servirá como punto de partida de la ruta que a continuación realizaremos alrededor del embalse.

Declarado Monumento Histórico Artístico el 4 de diciembre de 1914, Santa María La Real es un lugar de importancia simbólica en el románico de Aguilar de Campoo, Palencia y de toda España. Tras haber pasado por situaciones críticas de abandono tras la desamortización de Mendizábal, por cuyo decreto fueron suprimidas la mayoría de órdenes religiosas en 1835 y puestos a la venta los bienes de los monasterios y conventos (1836), fue restaurado por los enamorados de este estilo en Palencia.

La Iglesia, de estilo premostratense es del siglo XIII, lo mismo que el claustro, que dispone de arquerías de medio punto que descansan sobre columnas decoradas con capiteles y cimacios que culminan y adornan la planta baja.

En la actualidad se puede visitar la capilla del Abad, la sala Capitular, El claustro, la Salona, el Claustro Alto, la Sacristía y la Iglesia, donde se ubica el Museo del Románico, que expone 22 maquetas de madera de las iglesias románicas más importantes de la montaña palentina y la gran Maqueta del Territorio, que comprende el norte de Palencia, sur de Cantabria y noreste de Burgos, que es la zona que atesora una de las mayores concentraciones de románico de Europa. También, las que fueron dependencias agrícolas del monasterio, se han convertido tras su rehabilitación en una Posada.

Como en esta ocasión, empezamos temprano nuestro recorrido por las calles de Aguilar, nos a dado tiempo para “terminar” (con muchas comillas), el paseo a pie justo a la hora de comer, algo que, estando donde estamos, se convertirá en uno (otro más) de los mejores momentos del día . Por la tarde, realizaremos en nuestro SUV la ruta alrededor del pantano y, tras la cena, si no queda más remedio, emprenderemos viaje de regreso, no sin antes habernos hecho la promesa de volver a seguir conociendo la que probablemente sea, la más representativa zona del románico del mundo.

Gastronomía Palentina

No sufrirá lo más mínimo el estómago del viajero que cayere por estos lares, es más, quien de los buenos platos disfrute, encontrará en su gastronomía un motivo añadido para alargar su estancia en Aguilar y su entorno.

Lo anterior viene claramente sustentado por el hecho de que la gastronomía aguilarense es el resultado de una buena combinación de recetas, que van desde los primeros platos tradicionales, como los potajes de legumbres, las patatas con costilla adobada, sopas de ajo con torreznos, menestras y pistos, hasta unos segundos compuestos por tiernas carnes de ternera, truchas y cangrejos de río o, como no, el impresionante lechazo asado, bien dorado por fuera y jugoso por dentro.

Tampoco podemos olvidar los productos de matanza, la caza, sus famosos caracoles o las setas, acompañados todos ellos con pan de pueblo. Y para terminar, desde un buen queso de cabra de Nestar con membrillo, o la cuajada con miel de la zona, pasando, y no de puntillas, por sus especialidades de repostería, como la leche frita, las galletas de Aguilar, o las pastas y hojaldres artesanos de los varios obradores que hay en la villa.