Siempre Ruedas y Motor

Si nos olvidamos por un momento del encanto que tienen las pequeñas concentraciones invernales en las que juntarte con un puñado de colegas a compartir charla, hoguera y comida, y entendemos que Faro es una macro concentración en la que nos vamos a encontrar con miles de aficionados, esta concentración sigue siendo, sin duda, la referencia de cualquier otra.

Como ya es habitual, el jueves cuando se abrieron oficialmente las inscripciones, la afluencia de público ya era muy grande y el ambiente que se respiraba de auténtica fiesta. Y eso que este año, y dado el bajón de inscritos del año pasado, el concierto “gordo”, que este año corría a cargo de la banda inglesa “Saxon”, no se celebró el jueves, como venía siendo habitual, sino el sábado, facilitando de esta manera que una de las principales atracciones que tiene esta concentración, los conciertos, fuese accesible a toda aquella gente (la mayoría), que no puede cogerse cuatro o cinco días para asistir al evento.

Algo que no ha cambiado es el Bike Show, y esto es bueno, porque además de variado, en el que pueden encontrarse preparaciones de todos los estilos, también es posible ver algunas ocurrentes y divertidas preparaciones y, evidentemente y esto es lo mejor, algunas verdaderas obras de arte que nos permiten apreciar la calidad de pintura, soldadura y diseño que “se gastan” los mejores especialistas del mundo, entre los que un año más, se encontraban algunos españoles.

La zona comercial ha tenido novedades este año, y se ha vuelto a colocar en el lugar donde estuvo anteriormente, junto a la carretera de acceso a las zonas de acampada y zona principal, con acceso libre a todo el público no inscrito a la concentración, de esta manera, es más fácil asegurar la asistencia de público a esta zona para que los comerciantes puedan amortizar el esfuerzo de venir hasta aquí.

Esta zona, aunque también tenía un gran ambiente y había varios sitios donde tomarse una cerveza, era más tranquila que la zona principal e invitaba a “ir de tiendas” de manera más tranquila y pausada, a ello ayudaba también el hecho de que la variedad de objetos que allí podían encontrarse era muy grande, y desde las típicas camisetas hasta los más diversos objetos de artesanía, pasando por cascos, botas, cazadoras, parches, gorras, alforjas para la moto, tatuadotes… podían encontrarse.

Este año pude confirmar algo que ya me parecía que estaba ocurriendo los últimos años, y es que la zona de “la isla” cada vez más se va convirtiendo en territorio de ingleses, alemanes y nórdicos quienes muchos de ellos llegan en avión con la única intención de oír música y beber las 24 horas al día durante todo el fin de semana. En cualquier caso no son en absoluto peligrosos, y el buen rollo es permanente durante toda la concentración. Esta zona, con buena música todo el tiempo y algo más tranquila que la de la plaza principal, invita a pasar algún rato cada día del fin de semana.

En cualquier caso, lo que realmente importa es que de día o de noche, vayas por donde vayas, el ambiente motero-festivo se respira a raudales.

Con los colegas tomando algo, de ruta turística, yendo a la playa, viendo alguna actuación, en las tiendas de campaña… Faro es capaz de reunir en un mismo sitio a todo tipo de amantes de las dos ruedas, mezclarlos, y conseguir que todos se lo pasen bien.

Los concursos de tatuajes, performances, la visita a la playa, el reencuentro con un montón de colegas, el sestear en la tienda el “poco tiempo libre”, las largas charlas de motos, de música, de ¿has visto a esa?, de…, el continuo ir y venir de motos, moter@s, las compras del imprescindible recuerdo… en esta concentración hay muchos “Faro”, todos los que cada uno sea capaz de inventarse, incluso el de estar tranquilo en alguna zona de acampada a la que la música llega muy de lejos, con la sombra de los árboles dándonos cobijo y poder hablar tranquilamente sin tener que levantar la voz.

Muchas hectáreas de terreno, muchas posibilidades de ocio, muchas actividades en el programa dan pie a que cada uno pueda vivir la concentración a su manera, y esto, el ambiente particular que cada uno vive y le da a la concentración, posiblemente sea lo mejor de esta cita, que como cualquier otra, no sería nada sin sus verdaderos protagonistas, los moteros que, uno a uno, la hacen tan grande como ha llegado a ser.

Etiquetas: concentración de motos, concentraciones 2013, Faro 2013, turismo, viajes