Deep Purple. Hoyos del Espino
Escrito por Miguel A. Fernández el 29/08/2013 en Conciertos
Los que son mi grupo preferido desde que tengo uso de razón, tocaron en Hoyos del Espino (Ávila), en la VIII Edición de Músicos en la Naturaleza.
La formación Mark VIII compuesta después del reciente fallecimiento de Jon Lord por Ian Gillan, Roger Glover, Ian Paice, Steve Morse y Don Aire llegaban a España para dar este único concierto, el “Made In Gredos”, según muchos fans del grupo, en alusión al mítico “Made In Japan”.
Tras 45 años en activo, Purple ha vendido más de 120 millones de discos, pero lo más sorprendente es poder seguir viéndolos en actuaciones que conservan la intensidad y el nivel de calidad de los mejores conciertos de su ya largísima carrera. El de Hoyos del Espino fue uno de estos.
Con la única condición de quitarnos como referencia de la cabeza el citado “Made In Japan”, editado en diciembre de 1972, y que mantiene el récord de ser “el álbum en vivo más vendido en la historia de la música”, con más de 9 millones de copias a nivel mundial, un álbum que contiene en su interior temas como “Smoke on the water”, considerado como el mejor riff de guitarra de la historia, o “Child In Time”, interpretado por un Gillan que había alcanzado su momento cumbre y que justo tras la gira asiática abandona la banda, principalmente por sus encontronazos con Ritchie Blackmore, dejando la música por un periodo de dos años.
Como curiosidad, decir que esta fue la primera canción compuesta por la segunda formación de Deep Purple (Gillan/Blackmore/Glover/Lord/Paice) y que apareció originalmente en el “Concerto for Group and Orchesta” en 1969 (Un año antes de la salida del álbum “Deep Purple In Rock”).
La última vez que sonó en vivo fue en el concierto de Harrogate en 2002. En esa última ocasión, para mejorar la calidad y cubrir los posibles fallos, se usaron sonidos agudos de guitarra, una técnica que también ha sido utilizada a veces con “Space Truckin'”.
Quitándonos como digo, referencias míticas e irrepetibles de la cabeza, el Purple que vimos en Hoyos del Espino es posiblemente el mejor Purple de los últimos años.
Comenzando por Ian Paice, el único miembro que no ha salido de la banda en sus 45 años de historia, estuvo tan bien como siempre, que es lo mismo que decir que estuvo tan bien como en sus mejores momentos, cada golpe de baqueta que ha salido de la factoría Purple ha salido de sus manos y del concierto de Hoyos del Espino lo mejor que se puede decir de él, es que sacó el mismo sonido de siempre.
Don Airey, al contrario que Paice, es la última incorporación a la banda dando lugar a la actual formación en el 2002, habiendo participado previamente con “ex-purples” en bandas como Rainbow y Whitesnake. Impecable, es inevitable que no nos haga olvidar al mítico Jon Lord, aunque como digo, cumplió con nota.
Antes que Airey, el 23 de noviembre de 1994, en el Palacio de los Deportes de la Ciudad de México, daba su primer concierto con la banda el guitarrista Steve Morse, dando forma al Mark VII. He de decir que aún siendo un declarado “Blackmorista”, Morse me sorprendió, y su técnica y virtuosismo con la guitarra aliñadas con la simpatía que despedía, tanto con el resto de miembros de la banda como con el público le hicieron brillar en la fría noche abulense.
Ian Gillan, de pelo corto y jersey-pijama de rebajas se sigue esforzando como hace cuatro décadas, y si quitamos registros irreales e imposibles como los ya citados del Child in time, sigue aportando ese tono agudo, característico que es una de las principales señas de identidad de la banda.
Por último, Roger Glover parecía ser el que llevaba el “tempo” del concierto; sonriente, en la sombra ahora, haciendo dúo con Gillan después, desprendía buen rollo y se notaba su peso específico en el escenario.
“Lazy”, “Perfect strangers” o “Smoke on the water” entre los clásicos, acompañados por cuatro temas incluidos en su último trabajo “Now what?” y cerrando el repertorio con “Black night” dieron forma a un concierto que hizo vibrar a gentes de todas las edades y que sonó con tanta intensidad y calidad como los de antaño.
45 años después de sus comienzos… sobran dedos de una oreja para contar los grupos capaces de hacer algo así.