Siempre Ruedas y Motor

El Desafío Panáfrica es una prueba que la organización de la Panáfrica ha creado para que todos los interesados en participar en algún momento en la prueba africana, puedan prepararse, conocer las características de la prueba y a la vez, probarse a si mismo y a sus vehículos en un medio más controlado que en medio del desierto, como suponen las magníficas instalaciones de Masía Pelarda en Teruel.

El Desafío cuenta además con varios premios, entre los que destaca que el ganador absoluto recibe una inscripción gratis a la Panáfrica. Visto así, tal y como lo he contado, queda claro que el Desafío Panáfrica es un fantástico medio para poder llegar (incluso gratis), a participar en la Panáfrica, lo que no sabíamos nadie, es que por lo variado y divertido que resultó, al final se convirtió en un fin en si mismo, y poder haber participado en esta primera edición del Desafío resultó altamente gratificante, tanto por lo variado de las pruebas como por lo intenso que resultó todo el fin de semana.

Hasta a 21 pruebas selectivas tuvieron que someterse los participantes desde el mismo viernes, tras eso si, haber cenado todos juntos en el interior de la Masía y, posteriormente, recibir el briefing de parte de Philip Ligué.

La primera prueba, nocturna, consistía en un recorrido de navegación en el que había que alcanzar diferentes puntos recorriendo la menor distancia posible, todo ello sin salirse de las pistas y/o carreteras (no valía el campo a través).

Lo mejor de todo es que los acompañantes que se quedaron en el interior de la Masía pudieron seguir, al igual que los miembros de la organización, en tiempo real, donde se encontraba cada uno de ellos, gracias al nuevo sistema Track In Live que la Federación de Motociclismo de la Comunidad Valenciana utiliza en sus pruebas y que, gracias a una baliza que lleva cada participante, permitió visualizar su situación en una pantalla gigante y por lo tanto ver, sus evoluciones, estrategias, aciertos… y errores.

El sábado por la mañana daría comienzo un día muy intenso, y para empezar, todos los participantes tuvieron que superar pruebas individuales de conducción a los mandos de sus propios vehículos.

Puesto que en la Panáfrica pueden participar todo tipo de vehículos todo terreno, la organización tenía preparadas 12 diferentes zonas, cuatro para los todo terreno, cuatro para quad y otras tantas para motos.

La habilidad, el dominio del vehículo, el mostrar márgenes de seguridad suficientes, el compañerismo… fueron algunos de los puntos o factores que los diferentes jueces, varios por prueba, iban valorando y tomando nota.

La hora de la comida fue momento de reagrupamiento de todo el mundo en el interior de la Masía, y momento para empezar a comentar “la jugada” con el resto de compañeros. A continuación, y casi sin levantarse de la mesa, justo cuando más apetece ponerse a pensar, la organización les tenía preparado un test escrito con 30 preguntas de mecánica, navegación, cultura general y, sobre todo, sentido común, que nadie consiguió completar sin ningún fallo y del que se obtuvieron algunas respuestas de lo más “originales”, y como muestra sirvan estos dos divertidos ejemplos:

¿Cuáles de los siguientes países hacen frontera con Marruecos?

A- Francia, Argelia y Mauritania

B- España y Nigeria

C- España y Argelia

Hay quienes respondieron la opción A, creando de “repenete” una nueva frontera entre Francia y Marruecos, aunque eso sí, no decían donde la situaban.

Otra muy buena fue la siguiente: “Con un depósito de agua, se abastece a un grupo de 20 participantes en la Panáfrica durante 15 días. ¿Cuánto duraría el depósito si abandonasen 8 participantes?”

Respuesta de un participante: “Más”

Y lo mejor de todo es que no le faltaba razón.

Tras la prueba escrita llegaron las pruebas colectivas sin vehículo; en ellas se mezclaban pilotos de todo tipo de vehículos para realizar pruebas de habilidad, coordinación, ingenio, capacidad de resolución de problemas, liderazgo, saber explicarse… y escuchar…

Llevar un neumático de más de 200 Kg. de un lado a otro de un barranco; vaciar-llenar unos bidones metálicos de agua colocados sobre un balancín de madera; cruzar a la otra parte de un río un quad averiado utilizando cuerdas, reenvíos y, por supuesto, imaginación; subir un coche que se había caído a un barranco utilizando un tractel…

Tras estas duras pruebas en las que hubo que trabajar cuerpo y mente, llegó la noche, y tras la cena, a los participantes les esperaba una prueba nocturna, esta vez sin vehículos, a pie. Una prueba de orientación en la que había que utilizar exclusivamente una brújula y un mapa básico, para, saliendo de la masía, regresar a ella tras haber pasado por diferentes WP. Todos los participantes, recorriendo más o menos distancia y empleando más o menos tiempo lo consiguieron, y finalmente, pudieron irse a dormir; esto no había terminado aun.

La mañana del domingo comenzaba, tras el desayuno, con una prueba de navegación de 150 Km. Algunos de los más espectaculares paisajes que rodean las instalaciones de Masía Pelarda desfilaron ante la mirada de los participantes que, de nuevo, con mayor o menos esfuerzo, lograron completar la prueba y regresar a la Masía para dar cuenta de una reparadora comida.

Ahora sí, la suerte estaba echada, todas las pruebas realizadas y le quedaba a los miembros de la organización decidir quienes habían sido los “panafricanos” más completos, con más cualidades para llevarse alguno de los tres importantes premios.

Finalmente, la difícil decisión resultó en entregar el tercer premio, consistente en un 25% de descuento para la Panáfrica 2013, o un 50% de descuento en la Transpaña 2013, a la pareja formada por David Santamaría y Alberto Berenguer, que habían participado en la categoría de coche.

El segundo premio, consistente en un 50% de descuento en la Panáfrica 2013 o la inscripción gratuita en la Transpaña 2013, fue a parar a manos de Paco Alegre, que había realizado el desafío en la categoría de quad.

El vencedor absoluto, que se llevó una inscripción gratuita en la Panáfrica 2013 fue Ricardo Martínez, participante en el Desafío en la categoría de Quad, ovacionado por todos los asistentes y que a lo largo de todo el Desafío había demostrado un gran control sobre su quad, había realizado con éxito todas las pruebas de orientación, demostró ser uno de los participantes que más “arrimaba el hombro” en las pruebas colectivas y su buen trato y personalidad le hicieron llevarse estupendamente bien con todo el resto de participantes. Un auténtico panafricano que podrá disfrutar de la fascinante aventura que supone la Panáfrica el próximo mes de septiembre.

Finalmente, la foto de familia de los participantes junto a la puerta de la Masía y bajo un plomizo cielo que nos dio un respiro de la torrencial lluvia que nos acompañó durante la entrega de trofeos, dieron por terminado un fin de semana excepcional que, como decía al principio, ha demostrado ser una prueba en la que merece la pena participar simplemente por el hecho de hacerlo, sin tener aspiraciones a ganar ninguno de los premios, lo variado, divertido, entretenido e intenso que resultó todo el fin de semana para todos los participantes, así lo demostraron.

Etiquetas: 4x4, Desafio Panafrica, Masia Pelarda, motos, quad