Toyota Hilux D-4D Doble Cabina VXL Automático
Escrito por Miguel A. Fernández el 08/01/2013 en Pruebas 4x4
La séptima generación del Toyota Hilux recibe un profundo lavado de cara con la idea de seguir manteniéndose como la líder del segmento de las pick up.
Los cambios que afectan tanto a la parte exterior como a la interior, se aprecian ya desde el primer momento, y exteriormente cabe destacar los nuevos pasos de rueda, más anchos que los anteriores y que la dotan de un aspecto más robusto, potente y agresivo que en la anterior versión.
Las nervaduras del capó, terminan acompañando en su forma a la nueva parrilla delantera, que viene acompañada de faros y paragolpes también rediseñados, la posibilidad de instalar retrovisores con intermitentes integrados, de ajuste eléctrico, plegables eléctricamente y calefactables, y unos pilotos traseros de mayor tamaño y mucho más vistosos que los anteriores, actualizan su estética y la dejan totalmente actual y preparada “para la vida moderna”
En el interior, vemos una diferente consola central, en la que los mandos han sido reordenados, entre otras cosas, para dejar hueco (en opción), a la pantalla táctil de 6,1 pulgadas Toyota Touch, desde la que se pueden controlar todos los dispositivos multimedia del vehículo y que, además de la cámara de marcha atrás puede llevar incorporado el GPS.
Nuevas tapicerías y plásticos (incluido un acabado en cuero en el modelo VXL que hoy probamos), adornos en “acero” pulido, volante y palanca de cambios de nuevo diseño, nuevos objetos portaobjetos…
Lo mejor de lo anterior es que al sentarte en ella percibes que estos nuevos detalles gozan de una buena terminación y ajuste de todos los elementos. Al entrar por primera vez, nos encontramos con unos prácticos y cómodos asideros situados en el pilar A, tanto en el lado del conductor como en el del acompañante, asideros que no entendemos como no vienen de serie en cualquier vehículo con una mínima vocación campestre y/o una cierta altura a la hora de acceder a su interior.
La habitabilidad que ofrece el doble cabina que hoy probamos es muy buena y comparable a la de cualquier todo terreno de su clase, además, el respaldo del asiento trasero puede plegarse, con lo que obtendremos un importante maletero, en el interior, que añadir a la capacidad de carga de su caja trasera.
Versiones y motores
La nueva hilux sigue disponiendo de las dos cilindradas que se ofrecían con anterioridad, esto es, dos tetracilindricos D-4D de 2,5 y 3 litros de cilindrada, aunque ambos han sido modificados para reducir consumos, aumentar rendimiento y cumplir con la norma Euro 5.
El “pequeño” es el que más diferencia ofrece respecto a las anteriores versiones (también es el que más lo necesitaba), al subir su potencia de los 120 CV anteriores a los 144 CV actuales, homologando un consumo de 7,3 litros a los 100 Km. El 3.0 D-4D de 171 CV es capaz de homologar 7,7 l/100 Km., aunque en su versión automática (la que hoy probamos), el consumo se sitúa en 8,6 l/100 km.
La caja de cambio en todas las versiones es manual de cinco velocidades, si bien, la versión más potente, se puede equipar con un cambio automático, también de cinco relaciones.
Las versiones son tres, GX, VX y VXL, siendo la versión VX la única con opción a los dos motores, en el caso de la GX solo está disponible el motor de 144 CV y en el de la VXL solo el grande de 171 CV. De la misma forma, solo en la versión más económica, la GX, es posible elegir el tipo de cabina que deseamos (sencilla, extra o doble), mientras que en las versiones VX y VXL tan solo podremos elegir la opción de cabina doble.
En marcha
El funcionamiento es muy suave desde el primer momento, y solo al pisar fuerte el acelerador se oye un poco de castañeteo diesel provocado casi seguro por la electrónica, en busca de esos 343 Nm de par que es capaz de entregar desde tan solo 1.400 rpm.
El cambio automático permite manejarlo de manera secuencial y no va mal (supongo que dado mi manifiesto rechazo hacia los cambios automáticos tradicionales, esto debe de significar que va bastante bien), dejando estirar las marchas hasta el corte y permitiendo reducir bastante bien… para ser un cambio automático.
El motor estira, a 4000 vueltas en cuarta y a 160 Km./h. de marcador, al cambiar a D (5ª), sigue empujando con ganas, los 170 CV se notan.
En carreteras de curvas se mueve con bastante agilidad, teniendo en cuenta su tamaño, y solo en el caso de ir vacíos y que el asfalto este bacheado, notaremos claramente la presencia de las ballestas traseras, imprescindibles en un vehículo que está pensado para transportar pesadas cargas pero que, como es evidente, no se encuentran especialmente cómodas cuando el asfalto se riza y vamos todo lo ligeros que permite su motor, aunque el control de estabilidad se ocupará de limitar cualquier movimiento indeseable de la zaga.
El control cruiser, un motor potente y un habitáculo comparable al de cualquier todo terreno moderno, nos permitirá desplazarnos en viajes por autopista al ritmo que queramos con un nivel de comodidad elevado. La circulación y aparcamiento en ciudad es, como no podía ser de otra manera, otro cantar, aunque la cámara de visión trasera, situada en el portón trasero facilita mucho esta última operación.
El consumo real estuvo rondando los 10 l. en concreto 9.9 a lo largo de la prueba de algo más de 600 Km. en los que van incluidos las pruebas de aceleración, la prueba en campo, etc., pero también la prueba de conducción eficiente para consumir poco, por lo que posiblemente se pueda conseguir una media de alrededor de 9 litros en un todo uso normal, muy buena cifra para un coche de este tamaño, potencia y automático y muy próximo al homologado.
¡Al barro!
La verdad es que no me acuerdo, pero yo de crío debía de ser como el niño de los dibujos animados, que en cuanto ve un charco se lanza a dar saltos sobre él, sea como fuera, lo que si está claro, es que en cuanto tengo un 4×4 en mi poder, me “tiro al campo” en cuanto puedo (y la ley me deja), para poder disfrutar de una conducción que solo este tipo de vehículos te permite disfrutar.
Si el 4×4 es todo un Hilux, esto es una obligación, y primero por pistas rápidas, nos metimos a descubrir cuales eran las capacidades de este nuevo Hilux. En este tipo de terreno (pistas rápidas y relativamente fáciles), gracias entre otras cosas a su longitud, se comporta de manera muy, muy noble, mostrándose siempre controlable, contando además, con los controles de tracción y estabilidad para facilitarnos la vida en aquellos momentos en que nos hemos animado demasiado, el problema es que el significado “demasiado” comienza muy pronto para la electrónica del Hilux, por lo que nuestras ansias se verán permanentemente coartadas por ella. Por suerte, el control de tracción se puede desconectar para disponer de un poco más de libertad, y digo bien “un poco más”, porque aún desconectado, este no lo hace del todo y en situaciones de mucho “descontrol” entra, aunque de manera menos intrusiva que cuando está conectado.
Metiéndonos en berenjenales más serios, el coche va bien, aunque podría ir mucho mejor si no fuera por toda esa serie de aditamientos modernos con los que hoy se equipan hasta los coches más camperos, efectivamente, me estoy refiriendo a las estriberas, “esos objetos” de chapa, impropios de cualquier coche que quiera denominarse todo terreno (no confundir con unas buenas taloneras para proteger los bajos), y que limitan el ángulo ventral de manera escandalosa; en la misma línea, la barra antiempotramiento trasera se ocupa de “arar” el campo en cuanto demos marcha atrás y nos encontremos el más mínimo montículo ¿es que no puede ir más alta en el interior del parachoques?; el ángulo de ataque, pudiendo mejorarse sin estropear la estética, al menos es correcto.
Que los ángulos característicos sean tan poco favorables, es también debido en buena parte a la más que discreta altura libre al suelo, de solo 22 cm., suficiente para circular por pistas pero, más bien escasita si hay impedimentos en medio de nuestro camino, y no está provocado por llevar unas ruedas pequeñas, ya que las 265/65-17 (casi unas 31” por 10´5”), son unos buenos “zapatos”, aunque eso sí, con unas gomas prácticamente de asfalto que también le restan capacidades al coche ¿tan difícil es ofrecer como opción a quien lo desee unas gomas A/T e incluso M/T?.
Como contrapartida a lo anterior, y aquí debo reconocer que se me cayeron unos lagrimones como puños al verla, justo delante de la palanca de cambios está la ¡¡¡palanca para meter reductoras y cambiar el tipo de tracción!!!, una palanca de verdad, y de funcionamiento suave, nada de botoncitos ni diales giratorios eléctricos, una palanca como las de antes, de las que no fallan nunca… si, debo reconocer que a mí, “detalles” como estos, me enamoran.
Conclusión
Una línea más actual, mejores acabados y un equipamiento más completo, sitúan a esta Hilux con acabado VXL, como una opción más que recomendable para todos aquellos que desean disponer de un todo terreno pero que, además, necesitan un extra de capacidad de carga sin renunciar a unas prestaciones muy superiores a las que cabría esperar de un vehículo dedicado (en principio), al trabajo.
Su posición frente a una cada vez más dura competencia ya no es de dominio absoluto como hizo en anteriores épocas, pero desde luego, esta Hilux, se posiciona como una opción tan buena como cualquier otra y sin lugar a dudas, se seguirá manteniendo en el Top del mercado de las pick up.
Etiquetas: Pick Up, Toyota, Toyota Hilux 2013