Siempre Ruedas y Motor

Mas de 80 pandas se reunieron el pasado viernes 1 de marzo frente al Estadio Santiago Bernabeu de Madrid para tomar la salida de la etapa prologo que les llevaría a vivir esta V edición del Panda Raid. Al día siguiente, otro grupo más se uniría en el puerto de Algeciras, hasta alcanzar una cifra cercana a los cien coches.

A diferencia de las ediciones anteriores, en esta ocasión la lluvia no hizo acto de presencia, e incluso a media mañana, el sol le pudo la batalla a las nubes. A eso de las dos de la tarde se daría la salida a los participantes en medio de un numeroso grupo de aficionados, amigos, familiares y curiosos que se arremolinaban alrededor de tantos coches iguales.

La bajada hasta Algeciras fue bastante bien para la mayoría, si bien algunos participantes ya tuvieron que hacer “algo de bricolaje” por el camino, nada para lo que tocaría en las jornadas siguientes.

Como decía anteriormente, el sábado y tras pasar las verificaciones administrativas y técnicas los participantes del sur, toda la caravana embarcó en el ferry rumbo al puerto de Tánger-Med, donde Nasser, el “hombre del raid en Marruecos”, tenía todo previsto para que la caravana de los más de cien coches y doscientas personas, pasara los trámites aduaneros con facilidad.

Tras un enlace por autopista, los coches se desviaron, antes de llegar a Rabat, donde tras unos 10 Km. alcanzarían la salida al primer tramo de tierra del raid y su primera toma de contacto con las pistas de Marruecos. Un tramo fácil, con algunas zonas de tierra blanda, muchos charcos que sirvieron para “tapizar” los coches y un control intermedio al que no todos llegaron y, que evidentemente, les supuso su primera penalización.

Caras de alegría y satisfacción era la tónica general en todos ellos si bien algunos, ya empezaron a sufrir el paso de las más de 1000 Km. que ya llevaban y tras el enlace de carretera que les llevaría hasta el campamento de El Hajeb, tuvieron que pasar por las luces del camión de asistencia para solucionar todo tipo de incidencias.

El domingo tocaba realizar la etapa que uniría el campamento de El Hajeb con Errachidia, tras una noche lluviosa que no permitió descansar todo lo bien que hubiésemos deseado (entonces aún no sabíamos lo que el tiempo nos tenía reservado). En cualquier caso, la ilusión le ganaba la partida a las incomodidades y en el desayuno lo que se respiraba eran las ganas de iniciar la que sería una dura etapa de orientación y kilómetros de pista y carretera. A los que el día anterior comentaban sobre lo “flojo” de la primera etapa, una etapa que la organización utiliza para que todos los participantes tengan una primera toma de contacto con las pistas, carreteras y paisajes marroquíes, no se les oyó decir lo mismo de esta segunda, en la que hubo que realizar 420 Km., 130 de ellos por todo tipo de pistas.

Las montañas nevadas de la región de Ifrán, cuya población es conocida como la pequeña Suiza debido a lo característico de sus casas, situadas en el filo de los 2000 mts. de altura, el descenso hasta Missour, donde se atacarían las primeras pistas de la jornada, las pedregosas pistas del Plateau de Rekkam, laberintos de pistas, cruces en los que los mejores navegantes ahorraron tiempo y kilómetros, oueds…

una jornada para aprender y sufrir, tanto los participantes como sus coches, que una vez alcanzado el campamento de Errachidia, hacían cola ante el camión mecánico y daban una dosis de trabajo extra a los mecánicos que un año más, realizaron un trabajo excepcional.

El lunes comenzaría con una de las etapas más esperada por los participantes, la que llevaría a toda la caravana hasta el colegio Moulay Youssef, en la población de Errachidia. Es en esta escuela donde cada año, los participantes del Panda Raid descargan sus cajas de material escolar y pueden compartir unas agradables horas con los niños que a el acuden; no debemos olvidar que más allá de la aventura que supone participar en el Panda Raid, uno de sus más importantes objetivos es el solidario, y en colaboración con la ONG Camino del Sur, cada año se aportan varias toneladas de material escolar que facilitan a cientos de niños de diferentes escuelas la importante labor de aprender y formarse, en una sociedad que lucha con uñas y dientes contra el analfabetismo.

Tras el inevitable sorteo que hubo de realizarse la noche anterior, 20 pandas, en representación de todos los demás, pasaron al interior del colegio y aparcaron en unos aparcamientos que los niños habían preparado ex profeso para la ocasión, tés de bienvenida, las riquísimas pastas marroquíes, actuaciones de diferentes grupos de niños para sus invitados, sesión de fotos de todos los participantes, juegos compartidos… solo por esto ya merecería la pena participar en el Panda Raid, que sin embargo, no se detiene y, tras las horas compartidas con los niños del colegio, tenía que seguir para afrontar una de las etapas de pistas más interesante, la que les habría de llevar hasta la dunas del Erg Chebbi.

El tiempo, que en esta edición “nos perdonó” durante la salida en el Bernabeu, no dio más tregua, y la persistente lluvia no solo no cesaba, sino que el cielo negro que veíamos camino hacia el sur, hacía presagiar que la cosa empeoraría… como así sucedió.

Los participantes arrancarían desde la escuela para afrontar un tramo de enlace por carretera que les permitiría disfrutar de las estupendas vistas que ofrece el Palmeral del Ziz. Descendiendo desde el Alto Atlas, el “oued” (río) Ziz excava su curso en impresionantes acantilados, gira en los alrededores de Rich y se dirige hacia el Sur, donde riega el inmenso palmeral de Tafilalet, más conocido como el palmeral del Ziz, considerado como el más grande del mundo, con aproximadamente 800.000 palmeras.

Tras alcanzar la población de Erfoud, comenzaría la etapa de tierra que, sin embargo, hubo de ser suspendida al poco rato de comenzar, al levantarse una potente tormenta de arena que a momentos impedía por completo la visibilidad. En estas condiciones, es imposible seguir las indicaciones del rutómetro, que se compone en buena medida de referencias como casas, antenas, etc. hacia las que hay que navegar y que en medio de una tormenta son imposibles de localizar, aumentando exponencialmente las posibilidades de perderse. Tras localizar y neutralizar a todos los participantes en uno de los controles de paso obligatorios, la caravana continuaría neutralizada por coches de organización siguiendo el track inicial hasta Merzouga, donde diversas “trampas” de arena harían empanzarse a unos cuantos.

Las sorpresas aún no habían terminado ese día, pues la tormenta había destrozado el campamento en el que íbamos a dormir, por lo que de nuevo la organización se puso manos a la obra localizando albergue en las inmediaciones para todos los participantes que tras ser localizados, fueron realojados y pudieron cenar todos juntos en uno de los albergues elegidos.

El tiempo se empeñaba en erigirse en protagonista durante esta edición del Panda Raid, aunque no debió caer en la cuenta de que para ello tendría que doblegar la ilusión y las ganas de pasarlo bien de los participantes, algo que de ninguna manera conseguiría. El caso es que dadas las condiciones meteorológicas de los días precedentes, antes de dar la salida a la etapa 4, que uniría las poblaciones de Merzouga y Alnif, los comisarios de pista salieron de madrugada para inspeccionar el terreno y comprobar que la etapa era apta para los pandas. Antes de llegar al punto en el que se tomaría las pistas, lo que se encontraron fue la carretera nacional cortada por una impresionante riada que inundaba un puente de más de 200 metros haciendo imposible el paso. Con el disgusto ante la posibilidad de tener que neutralizar de nuevo la etapa, por fin, tras unas horas, el río comenzó a perder caudal y los todo terrenos de la organización pudieron sortear el río, encontrándose al tomar pista, que el camino que debían llevar los pandas se encontraba plagado de grandes charcos, cauces de ríos, pistas deslizantes… que continuamente cambiaban su fisonomía.

A lo largo del recorrido se fueron situando comisarios mientras otros seguían con la esperanza de que finalmente se pudiera disputar la etapa al completo, hasta llegar a un punto en el que ni con los 4×4 se podía continuar debido a las inundaciones. Por suerte, lo divertido del terreno, hacía que los participantes llegasen con una sonrisa dibujada en la cara y aunque hubo que neutralizar de nuevo la etapa y deshacer el camino andado, la satisfacción era general al haber podido disfrutar de barro, arena, charcos, cruces de ríos, etc. que a lomos de los panda se convertía en una verdadera aventura todo terreno llena de emoción.

Tras salir de nuevo a la carretera, volviendo por nuestros propios pasos, la caravana se fue encontrando en su camino las muestras de los destrozos que habían provocado las riadas, y cada puente había sido inundado por barro, piedras y todo tipo de restos, mostrándonos bien a las claras lo dura que había sido la mañana. Ya en el campamento de Alnif, dentro de la Jaima central nos encontramos con una pantalla gigante en la que se estaba retransmitiendo el partido Manchester United – Real Madrid, lo que mantuvo entretenidos a todos aquellos que no tenían que “bricolear” en sus coches.

La etapa maratón, con una duración de dos días, habría de unir las poblaciones de Alnif y Marrakech, casi 700 Km. entre los que habría que alcanzar un punto intermedio en un tiempo determinado que diese opción a poder participar en la segunda parte. Quien no llegase a tiempo debería dirigirse por carretera hasta la población de Zagora. Demostrando que las etapas anteriores les habían enseñado y endurecido, todos los coches, salvo los averiados, llegaron al control que les daría paso al sur, hacia el Plateau de Kem-Kem, con Argelia prácticamente a la vista.

Un gran paso montañoso con fuertes subidas y bajadas les llevaría finalmente a la zona conocida como Vulcano donde se participantes y miembros de organización pasarían la noche en un improvisado campamento.

Tras amanecer, los comisarios dieron salida a la segunda parte de la etapa maratón que llevaría a todos los pandas hasta Zagora, donde deberían realizar una etapa de orientación, con algunas trampas de arena en un tiempo determinado, prueba que como en ocasiones anteriores tuvo un resultado de lo más dispar, dándose caso de participantes que encontraron todos los puntos y les sobró tiempo, y de otros, que transcurrido el tiempo establecido, no encontraron ni la salida de la prueba, abandonando esta sin avisar a la organización obligándola a activar el plan de búsqueda hasta que por teléfono pudieron ser localizados todos.

El palmeral del Draa, los escenarios de cine de Ouarzazate, el puerto de montaña más alto de Marruecos (el Tiz in Tichka), vieron pasar a la caravana de pandas, que poco a poco fueron llegando hasta el hotel de Marrakech donde dormirían… esto se acaba, snif.

El desayuno en el hotel de Marrakech ha sido peculiar: caras descansadas, y sonrisas cómplices entre participantes y organización que saben perfectamente como se valora un buen colchón y una eterna ducha caliente después tantos días jugando a la aventura a la intemperie.

Esta última etapa llevaría a toda la caravana hasta las playas de Essaouira, donde se celebraría la prueba-fiesta final por sus arenas. Tras llegar al hotel y tomar posesión de las habitaciones, todos se dirigieron hacia el arco de salida situado en medio de la playa para afrontar los últimos 15 Km. de recorrido acariciando con las ruedas de los coches el agua del Atlántico. Un buen número de atascos en la arena solo consiguió poner más sonrisas en las caras de todos los participantes que hasta el final tuvieron que trabajar con las palas, planchas, eslinga y “tracción humana” para desatascar sus pandas.

Finalmente, un nuevo paso bajo el arco de llegada, risas, carcajadas, abrazos, encender las bengalas en un acto espectacular con el sol ocultándose en el horizonte, foto de grupo, cientos de fotos de unos, otros, la playa, la puesta del sol, más abrazos, sonrisas interminables… y el cóctel-fiesta-entrega de trofeos, en el que se mezcla el dulzor de haberlo conseguido, con el amargor de que esta impresionante aventura ya ha terminado.

En esos momentos, en la mente de todos empieza a surgir un pensamiento: ¿Cuánto queda para el Panda Raid 2014?. ¡Allí nos vemos!

Etiquetas: Marruecos, Panda Raid 2013, Raid