Siempre Ruedas y Motor

La sexta edición del Grândola Aventura resultó de nuevo un éxito en el que tanto la organización como los participantes vivieron a lo grande una fiesta de aventura, navegación y todo terreno.

En el mejor alentejo del mundo, como dice en su carta de presentación, Grândola Aventura es una fiesta en la que se consigue reunir a aquellos amantes de la navegación, de la fotografía y del descubrimiento en el hábitat natural en que mejor se desenvuelven: el campo.

El tema de este año era “O sobreiro” (el alcornoque), el árbol que desde el 22 de diciembre de 2011 es considerado el árbol nacional de Portugal y que gracias a una organización empeñada en defender la promoción de la navegación turística de forma sostenible, recibió el correspondiente homenaje. Homenaje que fue más allá del “Quercus suber”, nombre científico del alcornoque y que se dirigió a las personas que trabajan su corteza y la importancia de esta actividad para la economía de Portugal.

Ante la crisis actual (más dura si cabe en Portugal que la que nos está tocando vivir en España), la organización no solo no bajó el nivel de la prueba sino que los participantes recibieron dos juegos de mapas topográficos, en lugar del único juego que hasta la fecha se entregaba a cada equipo formado por dos coches, además de mantener, e incluso superar, el resto de prestaciones.

Desde mediados de los 80, cuando lo descubrí, siempre he confesado ser un enamorado de Portugal, país al que cada año acudo como mínimo en dos ocasiones… y del Grândola Aventura, prueba que cada año, al reunirme con sus organizadores, me saca las mejores sonrisas al poder compartir de nuevo un fin de semana en compañía de auténticos enamorados del todo terreno, de la naturaleza, de la navegación.

Auténticos especialistas a los que llevo viendo año tras año sacar las mejores dotes de navegantes tanto en esta prueba portuguesa como en el Sahara Aventura, en Marruecos, prueba para la que el Grândola Aventura ha venido sirviendo como prueba de puesta a punto.

Tras las verificaciones administrativas y técnicas celebradas el viernes por la tarde, todos nos dirigimos al Restaurante O Cruzamento, lugar habitual donde cada año se celebran las cenas del Grândola y que espero que no lo cambien en mucho tiempo, pues la cantidad y variedad de comida que sirven consiguen que hasta los más triperos salgan hasta arriba de comida.

A la mañana siguiente y desde el centro de Grândola, todos los equipos participantes salían a la caza de los más de 40 WP que diseminados por toda la comarca, desde la montaña hasta la playa, les darían los puntos que marcarían la clasificación. Uno de los primeros puntos era el Mercado Municipal de Grândola, donde los equipos tenían que pasar al interior y hacerse una foto con alguna de las personas que allí trabajaban, lo que motivo algunas situaciones muy simpáticas.

Más tarde, todos los equipos tenían un control de paso obligatorio, a cumplir dentro de un margen de dos horas, en este punto, situado en medio de un bosque, todos los equipos se neutralizaban durante 15 minutos, tiempo que debían dedicar a que cada uno de los miembros del equipo plantase un árbol en una zona previamente delimitada para la ocasión.

Ya por la tarde, uno a uno todos los equipos fueron regresando de nuevo a Grândola para hacer entrega de sus GPS, con los que se controla que no hayan pasado por carreteras prohibidas o hayan excedido el límite de velocidad, y de las tarjetas de sus cámaras, para controlar el número de fotos conseguidas.

De nuevo, O Cruzamento fue, por la noche, el punto de reunión de toda la caravana de Grândola, momentos en que miembros de organización y participantes aprovechan para comentar la jornada y que en esta ocasión, también sirvió para que Alberto Pascual y Esteban Aguirre, creadores del Sahara Aventura, presentaran Explorers Cup, la nueva prueba que está llamada a convertirse en la referencia de cuantas pruebas de navegación se celebran en Marruecos, como ya lo fueron Sahara Aventura y la Cup 180, prueba esta última que organizaba Juan Antonio Muñoz y que es el tercer “actor-organizador” de la nueva Explorers Cup.

El domingo, igual que la jornada anterior, comenzaría temprano, y tras la salida los equipos se lanzaron a la búsqueda de los 30 WP que contenía la etapa del día, que como en la jornada anterior, les llevaría a recorrer algunos de los más destacados paisajes, de esa ya destacada zona conocida como Alentejo.

Seis controles de foto obligatorios habrían de marcar las estrategias de los equipos, que con mayor o menor fortuna consiguieron acercarse a la totalidad de los puntos y llegar a tiempo a la meta. Aunque hay que destacar la “estrategia” de algunos equipos, que más que enfocarla a la búsqueda del WP, está enfocada a la práctica del turismo puro y duro, entregando sus tarjetas con muy pocas fotos “obligatorias” pero mostrando con sus sonrisas la auténtica satisfacción de haber podido recorrer, a su aire, por espectaculares lugares.

Tras la realización de las clasificaciones por parte de la organización, se procedería a la entrega de premios, recuerdos y sorteo de regalos, que darían un año más por concluida esta prueba de orientación, que como decía anteriormente, y gracias a una organización que ama a partes iguales el off road, la navegación y el medio ambiente, año tras año sorprende gratamente a cada uno de los participantes que en ella toman parte. Muerta Grândola Aventura 2013 ¡Viva Grândola Aventura 2014!

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