VII Muévete por Madrid en Moto. Se acabó lo que se daba
Escrito por Miguel A. Fernández el 03/11/2014 en Rutas, KDDs y Concentraciones
Tras no poder asistir a la edición del año pasado, mis referencias del Muévete por Madrid en Moto se remontaban a lo vivido en la quinta edición, de la que escribí, que había tenido el mejor montaje de cuantas ediciones se habían celebrado hasta la fecha.
Por lo anterior, cuando el sábado, alrededor de las 12,30 del mediodía llegué a la rotonda donde empieza el Paseo de Camoens y me encontré con unas raquíticas vallas azules como única indicación de que allí estaba sucediendo algo, lo primero que pensé es: “me he equivocado”.
El antiguo paseo de otros años, lleno de carpas de expositores, el ir y venir de la gente ya desde por la mañana, habían dado paso a un Paseo de Camoens vacío hasta la mitad, con apenas una docena de carpas de expositores y alrededor de 100 personas mal contadas pululando sin saber que hacer.
¿Qué había pasado?. Preguntando aquí y allí, de una carpa a otra, de un colega a otro, todo parecía indicar en la misma dirección: la difusión que se había hecho del evento era insuficiente. También al parecer, ya en la edición del año pasado, hubo mucho menos público que en la anterior, de la cual yo tenía referencia, en cualquier caso ¿porqué había tan pocos expositores comparado con ediciones anteriores?.
Hablando con los organizadores, me contaban que, en su opinión, el concepto original se había quedado obsoleto y que en adelante y ya desde esta edición, lo que pretendían era centrar el evento en la ruta nocturna dejando de lado las actividades diurnas, generando que la gente volviese tras la ruta al Paseo de Camoens para asistir a los conciertos…
Si la gente volvió después de la ruta no lo se, porque no me quedé, pero viendo el desánimo de todos y cada uno de los expositores, se me antoja realmente difícil que vuelvan a acudir en próximas ediciones, a montar unas carpas por las que pasará un poco de gente durante unas horas del sábado por la tarde…
Y si esto es así, y desgraciadamente, creo que no me equivoco, ¿que queda de aquello de promocionar el uso de la moto entre “los civiles”?, ¿qué queda de la formación y la seguridad vial?, ¿de que familias enteras puedan acudir a un evento familiar en el que los más pequeños puedan tener sus primeros contactos con el mundo de la moto?, ¿De una zona comercial que realmente hacía interesante la visita?.
Debemos por lo tanto, en futuras ediciones, mentalizarnos para acudir al Paseo de Camoens, con la idea de asistir a unos conciertos y después, participar en la ruta nocturna por Madrid. Sin duda, la zona reúne lo necesario para dar conciertos, con aparcamiento para miles de motos y el parque en el que poder escuchar música sentados en el césped.
Sobre la ruta, nada que opinar, ya que desde los que dicen que no sirve más que para quemar embrague, hasta los que defienden que es un espectáculo único el poder pasear por el centro de la capital en compañía de otros miles de moteros, todas las opiniones tienen fundamento y, hay que reconocer que es algo único… si es que se consigue cortar el tráfico para la caravana, algo que un año más no se ha conseguido, generándose peligrosos cortes en la misma que crearon situaciones de peligro en algunos cruces.
Sobre lo que si voy a opinar es sobre el único sitio que había para tomarse una cerveza, que te vendían a 2,50 €, precio al que, menos motero y popular, podemos llamar de cualquier manera. En este mismo sitio, promocionaban que el jamón que te ponían era 5 jotas, sin embargo al pedir un bocadillo lo que te metían dentro era un jamón de muy inferior calidad…
Centrándonos en lo que ha sido la edición de este año, lamentablemente y por muchos “paños calientes” que le quiera poner al asunto, hasta casi las siete de la tarde en que se empezó a notar un cierto ambiente y la llegada del Moto Club Vulcan Owner Club al “completo”, que le dieron calor y color al evento, fue un completo “muermo”, sin nada que hacer, con la excepción de visitar un par de carpas con precios y productos realmente interesantes o ver las evoluciones de los más pequeños de las dos escuelas de pilotaje allí presentes.
Las motos eléctricas de Clean Move y el Tricity de Yamaha eran las únicas opciones de ver y “catar” moto y… nada más.
Ya al caer la tarde y con la asistencia, ahora si, de muchos moteros y los conciertos, de unos grupos decentes, nos llevaron hasta las nueve de la noche, hora en que la caravana motera se puso en marcha y “aquello” fue lo que tenía que ser.
Muchas, muchas motos y un gran ambiente, que desapareció con la misma rapidez con que las motos se perdieron por las calles de Madrid. De vuelta al Paseo Camoens tras la salida de la caravana, todas las carpas estaban terminando de recoger y, como decía al principio, desconozco si tras la vuelta por la capital, fueron muchos los moteros que regresaron para ver los conciertos que restaban.
Me comentaban que el año pasado fue “el principio del fin”, yo quiero creer que este año ha sido “el fin del principio”, y que en futuras ediciones, los organizadores lograrán dar con una formula que realmente llegue a aglutinar a miles de moteros que, lejos del fin de semana de anteriores años, o del sábado de esta edición, estén dispuestos a acudir para pasar al menos una tarde noche de motos y música, vistiendo las calles de Madrid del multicolor espectáculo que supone ver circular a miles de motos juntas.