Ruta Trail. De Manresa a Igualada (Barcelona). Rondando Montserrat
Escrito por Miguel A. Fernández el 20/10/2015 en Rutas y viajes
Montserrat es uno de los grandes símbolos de Cataluña, que ha pasado de centro religioso a baluarte de la identidad catalana, sin obviar el entorno natural y su característica morfología y configuración a base de rocas y agujas redondeadas y abruptas.
Su peculiar aspecto, bien visible desde muchos Km. a la redonda en el centro de Cataluña, unido a la presencia del monasterio donde se venera la imagen de la Moreneta, han convertido Montserrat en una montaña ciertamente emblemática.
Incluso su origen es objeto de una leyenda, cantada en el himno del Virolai, que cuenta que fueron los ángeles quienes usaron sierras de oro para serrar sus altozanos. El macizo, de unos 10 Km. de largo por unos 5 de ancho, se extiende al límite de las comarcas del Bages, Baix Llobregat y Anoia, y el Parque Natural ocupa 3.630 hectáreas de los municipios del Bruc (Anoia), Marganell y Monistrol de Montserrat (Bages) y Collbató (Baix Llobregat), con cerca de 2.000 de estas hectáreas de reserva natural.
Un territorio de 4.039 hectáreas más está catalogado como zona de protección, con parte de los municipios de Castellbell y el Vilar (Bages), Esparreguera (Baix Llobregat) y Vacarisses (Vallés Occidental). La cima más alta de Montserrat es la de Sant Jeroni (1.236 metros), desde donde se obtienen unas vistas impresionantes de buena parte de Cataluña, desde los Pirineos hasta el mar.
El monasterio tampoco está exento de leyenda, y narra como la primera imagen de la Virgen de Montserrat la encontraron unos niños pastores en el año 880. Tras ver una luz en la montaña, los niños encontraron la imagen de la Virgen en el interior de una cueva. Al enterarse de la noticia, el obispo de Manresa intentó trasladar la imagen hasta esta ciudad, pero el traslado fue imposible ya que la estatua pesaba demasiado. El obispo lo interpretó como el deseo de la Virgen de permanecer en el lugar en el que se la había encontrado y ordenó la construcción de la Ermita de Santa María, origen del actual monasterio.
Se comenta que el color negro de la cara de la Virgen y del niño se debe a las velas o cirios que se encendían en su honor en el interior de la cueva en la que ella se encontraba. Debido al calor que emitían las velas sus caras fueron quemándose, tomando este color negro.
La Virgen de Montserrat fue la primera imagen mariana de España en recibir la Coronación Canónica ya en 1881, seguida de la Virgen de la Merced de Barcelona (1886), la Virgen de la Candelaria de Tenerife, Patrona de Canarias (1889), la Virgen de los Reyes de Sevilla (1904) y la Virgen de la Misericordia de Reus (1904).
Efectivamente, el 12 de septiembre de 1881, el papa León XIII declaró oficialmente a la Virgen de Montserrat como patrona de las diócesis de Cataluña. Se le concedió también el privilegio de tener misa y oficios propios. Su festividad se celebra el 27 de abril.
La cultura es también parte integrante de Montserrat, ya que el monasterio cuenta con una biblioteca con casi 300.000 volúmenes, una escolanía de niños cantores (considerada el conservatorio infantil más antiguo de Europa), y un museo que contiene obras de artistas como el Greco, Picasso o Salvador Dalí. También se encuentran algunos tesoros del Antiguo Egipto entre los que se incluye una momia.
Con esta serranía y este monasterio de cordones umbilicales para la ruta de hoy, como en ocasiones anteriores, hemos escogido un par de destacados puntos para comenzar y terminar nuestra ruta. Puntos donde poder dormir, desayunar, comer o cenar, además de disfrutar de su marcado interés turístico, paisajístico y monumental como los que nos ofrecían Manresa e Igualada.
El Ford Kuga, compañero de esta interesante excursión de hoy, se mostró sobradamente capaz para enfrentarse a las pocas dificultades a las que le sometimos, dificultades que, en cualquier caso, habrían puesto en aprietos a cualquier 4×2 debido a algunas interesantes subidas de piedra suelta o pasos en los que esos centímetros de altura de más, respecto a un turismo, fueron imprescindibles para no dejarnos los plásticos por el camino.
El centro de Manresa es el lugar para empezar a grabar nuestro track de hoy. Capital de la comarca del Bages, dentro del término de Manresa existe indicios de población neolítica de cuatro mil años atrás. También se asentó un poblado íbero en el cerro del Puig Cardener, que se mantendría hasta finales del siglo I a.C.
Situada en el centro de Cataluña, el río Cardener pasa por el sudoeste de la ciudad, sin embargo el municipio utiliza, para beber, el agua del río Llobregat, que pasa por el límite este del término. El agua es recogida a su paso por Balsareny y transportada a Manresa por una acequia (conocida como “La Acequia”, “La Sèquia” en catalán), hasta el Parque de l’Agulla.
Manresa es una ciudad con un interesante conjunto medieval, con sus puentes sobre el río Cardener y su catedral de estilo gótico (llamada Seo, o Seu en catalán).
Además, en esta ciudad también se encuentran iglesias de estilo barroco, así como interesantes edificaciones modernistas, lo que ha dado a que se creen tres itinerarios o rutas turísticas por la ciudad: La Ruta Medieval, que nos llevará a contemplar la Colegiata Basílica de Santa María (La Seu), el Puente Viejo, el Puente Nuevo, la calle del Balç, la Muralla de Manresa, la Cueva de San Ignacio o el Museo Comarcal; La Ruta Barroca, que hará lo propio con el Palacio de Justicia, el Ayuntamiento, Ca l’Oller, la Capilla del Rapto y la Capilla de San Ignacio Enfermo; por último La Ruta Modernista guiará nuestros pasos hasta Cal Jorba, el Casino de Manresa, Casa Lluvia, Casa Torrents (La Buresa), el Convento de Santa Clara y el Museo de la Técnica.
Por carretera salimos en dirección a El Pont de Vilomara, municipio que está formado por la unión de dos antiguos núcleos urbanos: el de Rocafort y el de El Pont de Vilomara y que conserva el antiguo puente sobre el río Llobregat, de unos 130 metros de largo, de composición asimétrica, con un arco central, tres en el margen izquierdo y cinco en el derecho. Documentado desde el 1012 y reconstruido durante el siglo XVII y en 1989. Dado que el término municipal está delimitado por el río Llobregat, parte del puente se encuentra en el término municipal de Manresa, así como unas pocas casas que hay en la orilla derecha del río.
Aquí será donde nosotros pisemos tierra, y lo haremos por una fácil pero revirada pista que nos llevará entre bosques a través del Parque Natural de Sant Llorenç del Munt i l’Obac. El parque se encuentra ubicado en la mitad septentrional de la Cordillera Prelitoral catalana, a caballo entre las comarcas del Bages y del Vallés Occidental, entre el río Llobregat, al oeste, y el río Ripoll, al este.
A lo largo de sus pistas y además de fauna y flora, podremos ver iglesias románicas, castillos y torres fortificadas construidas entre los siglos IX y XII y abundantes masías, del siglo XIV y anteriores.
La pista nos llevará hasta Rellinars, donde se cuenta con la iglesia prerrománica de San Pedro y San Fermín así como restos de época romana. Tras atravesarlo, pronto aparecerá antes nosotros una de las muchas vistas que a lo largo de la jornada tendremos del macizo de Montserrat, en esta ocasión cubierta por una leve neblina que la desdibujaba.
Por carretera alcanzaremos Castellbell i el Vilar, municipio nexo de unión y corredor natural entre los dos principales parques de la Cataluña Central, el Parque Natural de la Montaña de Montserrat y el de Sant Llorenç del Munt i l’Obac por los que hoy estamos transitando.
Tras Castellbell, volvemos a tomar pista, que nos llevará hasta las inmediaciones de Marganell, de la cual saldremos hacia el norte por la BV-1123, dirección San Salvador de Guardiola, hasta llegar a la BP-1101, que cogeremos a la izquierda, siguiendo dirección sur y, poco después, volveremos a coger pista en dirección al Coll del Bruc y Sant Pau de la Guardia. En esta pista volveremos a tener unas impresionantes vistas de Montserrat.
Poco después llegaremos a Sant Pau de la Guardia, este pequeño núcleo de población se encuentra en la primera etapa del Camino Catalán de Santiago, entre el Monasterio de Montserrat y Jorba. Se erguía primitivamente junto al castillo de La Guardia o de Bonifacio, documentado desde el 973, que fue propiedad de los vizcondes de Barcelona.
Junto al castillo se edificó la iglesia románica de Sant Pau Vell (San Pablo el Viejo, 1084), renovada en el cambio de siglo entre el XIII y el XIV y que actualmente está en ruina y abandonada. Entre 1740 y 1742 se construyó la iglesia actual, cerca del antiguo Horno de Vidrio, en el lugar donde existía desde el siglo XIII una capilla dedicada a San Abundio o Sant Aon.
Anexo a la iglesia se encuentra El Celler de la Guardia, restaurante dirigido por Pedro Eslava, con la ayuda de su hermano Vicente en las brasas, su mujer Carme en la cocina, y sus hermanos Mel y Montse en la sala.
Ofrecen un menú degustación que empieza con una abundante ensalada mixta, unas alcachofas a la brasa con romesco, una tostada con escalibada, una tabla de embutidos y otra tabla de quesos y patés. Después viene un plato con una butifarra a la brasa, y dos generosos trozos de cordero también a la brasa, acompañados de judías “del ganxet” y patatas fritas caseras… Vino de la casa más que decente, postres caseros y si os da por probar una teja de calçots, la salsa romesco está de escándalo… o ¿alguien pensaba que en una ruta por Cataluña iba a pasar hambre?…
En dirección este, la pista nos guiará hasta Maians, donde no llegaremos, cogiendo antes de llegar pista dirección sur en dirección a la A2, y tras pasarla por debajo cogeremos ya carretera para llegar a nuestro destino final de hoy: Igualada.
Inicialmente pequeño núcleo de población reseñado en 1003, en el que se hace referencia a una iglesia dedicada a Santa María, relacionada con el Monasterio de Sant Cugat. Igualada quedó circunscrita entre los límites del dominio feudal de Ódena y los señoríos de Montbui y Claramunt, atravesada por el antiguo camino de Barcelona a Lérida.
Las primeras murallas que se conocen datan, probablemente, del siglo XII y se ampliaron en el siglo XIV con la intención de incluir el Raval de Capdevila. Una tercera expansión se llevó a cabo en el siglo XV, con 36 torres y 10 puertas. Estas murallas permanecieron hasta el siglo XVIII.
Entre sus monumentos destaca La Iglesia de Santa María de Igualada, conocida también como Iglesia Grande, es el conjunto histórico-artístico más importante de Igualada. Aunque sus orígenes se remontan al siglo XI, el edificio actual data, básicamente, del siglo XVII. Convertida en mercado durante la Guerra Civil Española, la iglesia de Santa María fue restaurada posteriormente, bajo la dirección del arquitecto César Martinell.
En 1949, Santa María obtuvo, de Pío XII el título de basílica menor. Durante los años ochenta se llevó a cabo la última reforma, y se inauguró en 1990. Los elementos que configuran la iglesia son el resultado de las diferentes etapas de construcción y, por tanto, responden a diversos estilos arquitectónicos.
En su interior se conserva un notable órgano de 1759 construido por Antoni Bosca y restaurado en 1914 por Miquel Bertrán; sobrevivió a la guerra civil siendo el único elemento de la iglesia que no fue destruido. En 1980 fue restaurado de nuevo bajo la dirección del maestro organero Gerhard Grenzing. Está considerado como uno de los más notables de Cataluña, motivo por el cual, cada año, en la basílica de Santa María se organiza un festival internacional de órgano. También actualmente en él se imparten clases, siendo una de las pocas localidades catalanas donde se imparten estudios de órgano.
Destacable también es el Museo de la Piel de Igualada y Comarcal de la Anoia, fundado en el año 1954 es el primero en su especialidad de la Península Ibérica y uno de los tres primeros existentes en Europa. Las colecciones están repartidas en dos edificios de Igualada: la fábrica de “Cal Boyer” y la antigua curtiduría de “Cal Granotes”. Desde el año 1996 es una sección del Museo de la Ciencia y de la Técnica de Cataluña.
Una buena manera de terminar nuestro recorrido de hoy, será haciéndolo en el Paseo Verdaguer. Con alrededor de 1.5 kilómetros de largo puede presumir de ser el paseo recto más largo de España. Este paseo, formado por una calzada central para los peatones, es de estilo clásico, flanqueado por una línea de árboles a cada lado, que forman un hermoso “túnel”. Ésta es la principal arteria de la ciudad, además de ser el lugar de paseo de la inmensa parte de la ciudadanía. A lo largo del paseo podemos encontrar distintas casas y torres con elementos modernistas de principios de siglo XX.
Puede ser hora de comer o de cenar, pero de no ser así, merecerá la pena hacer tiempo y acercarnos, llegada la hora, al restaurante Somiatruites, vocablo catalán que podría traducirse por algo así como “persona que sueña cosas extrañas o imposibles”. Ubicado dentro de una antigua fábrica peletera, como pequeño homenaje han decorado la zona de los techos con pequeñas pieles sin tintar.
La cocina la dirige David Andrés, reputado jefe del Ábac de Jordi Cruz con 2 estrellas Michelín. La oferta del restaurante se basa principalmente en la cocina tradicional catalana con pequeños toques de informalidad y modernidad, buenos precios y alta calidad. Recomendable probar la tabla de quesos catalanes con “Tou dels Tilers, Vall de Tena, Bauma Carrat y Turó del Convent”; excelentes las bravas gracias al romesco picante que las cubre, las Butifarras de Els Casals con guisantes y tallarines de sepia y los postres, de presentación impactante y divertida.
Y es que ¿sabe usted?, esto del SUV y las pistas da mucha hambre, oiga.
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