III SPAIN CLASSIC RAID. Diversión asegurada
Escrito por Miguel A. Fernández el 03/06/2017 en Rallys y Raid 4x4
La primera edición del Spain Classic Raid, celebrada en octubre de 2015 contó con la participación de 26 coches. La segunda, también celebrada en octubre, pero en este caso de 2016, con 119, lo que obligó a cerrar las inscripciones con lista de espera y a la creación de una nueva edición, esta de primavera, a celebrar el pasado mes de marzo.
En esta III edición del Spain Classic Raid se ha contado con la participación de 70 coches y ha venido a confirmar la necesidad de realizar tanto le edición de otoño (la original), como esta de primavera.
Tal demanda en tan poco tiempo no es casualidad, sino fruto de un concienzudo trabajo llevado a cabo por la Escudería Etcétera, organizadora del raid, que ya desde su primera edición logró lo más importante que se puede conseguir cuando organizas algo, que todos tus participantes terminen contentos, quieran repetir y te recomienden.
El lienzo sobre el que dibujar el Spain Classic Raid, España, ofrece tal número de posibilidades, tal cantidad de bellezas, paisajes, arquitectura, gastronomía… que con una paleta compuesta por una organización experta y competente, meses de prospecciones por innumerables caminos y cientos de llamadas y reuniones para conseguir todos los permisos necesarios (quizás lo más difícil), dan como resultado un “cuadro”, que cualquier amante de los viajes, la aventura o el off road, quisiera tener colgado en la pared de sus recuerdos.
Un año más, el Puerto Olímpico de Barcelona sería el lugar donde organización y participantes se reunirían el pasado 25 de marzo para pasar las verificaciones administrativas y técnicas y dar comienzo a la primera etapa de esta tercera edición.
Dos equipos suizos, uno belga, uno holandés y otro hispano-portugués, se sumaban a la larga relación de provincias españolas representadas a través de los 70 equipos competidores, en una edición en la que no faltó un camión del Dakar, que nos acompaño durante algunas etapas como vehículo de rescate en situaciones complicadas.
Por delante, 2300 Km. en su mayoría por pistas, para atravesar España a lo largo de ocho etapas, a lomos de vehículos con más de 25 años... suena bien ¿verdad?.
La climatología marco de manera muy especial esta edición, con una primera mitad, la que une Barcelona con Madrid, marcada por el agua, la nieve, el frio y el barro; de hecho, varios miembros de la organización nos tiramos atrapados varias horas en la AP2, en la zona de Montblanc, por una nevada de escándalo cuando nos dirigíamos hacia Barcelona.
Mientras, la segunda parte del raid, la que desde Madrid llega hasta Sevilla, estuvo marcada en su mayor parte por el polvo y las altas temperaturas.
Tras la salida desde Barcelona había que poner rumbo hasta la Seu Vella (Lérida), en una etapa con un recorrido idéntico al de la anterior edición pero que en la práctica, no se parecía en nada, ya que la lluvia, la nieve y el posterior barro, habían cambiado totalmente la fisionomía del terreno, complicándolo hasta el punto de llegar a poner en apuros a algunos coches de organización.
Los primeros rescates, ayudas entre competidores, uso de eslingas, llenarse de barro, calarse… itinerarios alternativos y llegada a la meta, muy cansados pero satisfechos de haber podido completar el recorrido, fueron los componentes de esta primera etapa que dio para muchas horas de animada charla entre los equipos participantes.
La segunda etapa llevaría a la caravana a través del siempre impresionante desierto de Los Monegros, que aunque más verde de lo habitual, no escondía las características de un ecosistema único en Europa, más propio de las estepas orientales, aunque situado en el Valle del Ebro.
Más sencilla que la etapa anterior, esta segunda terminaría llevando la caravana hasta las instalaciones de la Expo 2008 de Zaragoza.
Larga sería la tercera etapa que, saliendo de Zaragoza, nos introduciría en el Parque Natural del Moncayo, asentado en las laderas del monte Moncayo, el pico más elevado del sistema Ibérico, y concretamente en su vertiente norte, la más fría y húmeda.
El Parque Natural del Cañón del Río Lobos y finalmente, un tramo de trazado más fácil y cómodo a medida que llegábamos al Burgo de Osma (Soria), donde terminaba la etapa, nos permitirían seguir disfrutando y descubriendo las entrañas de nuestra piel de toro a través de pistas muy poco transitadas y que a la mayoría, nunca se nos hubiese ocurrido transitar.
Declarada Villa de Interés Turístico en 1962 y Conjunto Histórico-Artístico en 1993, el Burgo de Osma, y más concretamente, la Catedral de Santa María de la Asunción, junto a la que se colocó el arco, nos daría la salida para esta cuarta etapa que nos habría de llevar a las puertas del Museo Reina Sofía de la capital.
Más barro, charcos, y cada vez más sol que nubes, nos llevarían por pistas de toda condición hasta las mismas puertas del Circuito del Jarama, al que nunca hubiésemos pensado llegar totalmente por pistas de tierra.
Despedida de algunos participantes que solo hacían la mitad del raid, y llegada de otros nuevos, que tras las correspondientes verificaciones, empezaron a tomar contacto con sus nuevos compañeros a los que acompañarían hasta el final del raid.
La quinta etapa daría comienzo en las inmediaciones de Ontígola, al sur de Aranjuez pero ya en la provincia de Toledo, y siguiendo un rumbo sur, por pistas y paralelo a la carretera de Andalucía, nos llevaría a disfrutar de las vistas que ofrecen los castillos de Consuegra, en cuya localidad, los participantes tuvieron una experiencia nueva y diferente, rodar en su circuito de tierra.
Abandonando por un rato la dinámica del rally, la regularidad, con una velocidad máxima de 50 Km./h., en el circuito todos los participantes pudieron explorar sus capacidades y las de sus veteranas máquinas disfrutando en un ambiente seguro de largas y grandes derrapadas que conseguían que todos saliesen de allí con una gran sonrisa.
Puerto Lápice, Manzanares, Valdepeñas… montes y sierras hasta la llegada final a Linares, fin de etapa en mangas de camisa confirmando un cambio climatológico que ya se entreveía la jornada anterior.
Desde Linares, Baeza y Úbeda nos verían pasar antes de introducirnos en la Sierra de Cazorla. De los olivos a los paisajes lunares, de la Sierra de Baza a la de Los Filabres, donde sus picos más altos, el del Calar Alto y el de Tetica de Bacares, serían testigos de nuestro paso antes de girar dirección sur y dirigirnos ya, por entre los estudios cinematográficos del desierto de Tabernas, hasta la ciudad de Almería.
La séptima etapa nos llevaría del mar de Almería al mar de la Herradura, ya en Granada, pero antes las curvas, las pistas, los bosques, los picos de la Sierra de Gádor, la alpujarra almeriense, fundirnos por kilómetros con el interior de la Sierra Nevada y, por último, nuestra bajada al nivel del mar por la Sierra de la Contraviesa, darían forma a una etapa, que bien podría estar situada en las latitudes más altas de la península.
Casi perfecta fue la línea recta que trazamos, en dirección noroeste, durante la octava y última etapa, la que nos llevó desde las playas de La Herradura hasta la Plaza de España de Sevilla.
Una recta que nos llevaría a atravesar la Sierra de Tejeda, Archidona, Osuna, Marchena y Carmona y que finalmente nos depositaría en ese lugar único que ofrece el Parque de María Luisa en el corazón de la ciudad, creado como su Plaza de España, para la Exposición Iberoamericana de 1929.
El último paso bajo el arco de meta provocaba en cada uno de los presentes un sinfín de sensaciones encontradas; desde la felicidad y alegría de haber conseguido llegar, hasta la tristeza de que ya todo hubiese terminado.
Los abrazos con los demás participantes, en un raid en el que los contrincantes no son tales, sino compañeros de viaje, se sucedían y daban paso a la entrega de trofeos en el Restaurante La Raza, junto a la Plaza de España.
José Manuel Noriega, Director de Comunicación de Bosch España, patrocinador con el que se seguirá contando en futuras ediciones, no quiso perderse el evento y acudió a entregar personalmente los trofeos a los agraciados.
Finalmente, los ganadores scratch fueron Víctor D´Croz Esteve y Jordi Serrat Royo, con un Volkswagen Golf; los de la categoría 4×4, Pilar Caner Muñoz y María del Carmen Ferrer Donat, con un Jeep Wrangler, equipo femenino que además, fueron las terceras en la clasificación scratch (mujeres tomad nota, lo hacéis igual de bien que los hombres, y muchas veces, mejor).
Por último, el equipo ganador en la categoría de menos de 1000 c.c. fue el formado por José María Gasso Boncompte y Santiago Comas Viladot, con un Suzuki Santana. Podéis ver las clasificaciones completas en la página oficial del raid.
El Spain Classic Raid podría definirse de muchas maneras, pero si nos tuviésemos que quedar con una sola, esta sería la de diversión asegurada. Un ambiente único, recorriendo los mejores paisajes de nuestro país, a lomos de unos vehículos que nos devuelven a épocas pasadas…
La cuarta edición ya está en marcha, se celebrara los próximos días del 21 a 28 de octubre y contará con la práctica totalidad del recorrido nuevo. Se saldrá de nuevo de Barcelona recorriendo Cataluña, Aragón, ambas castillas. Extremadura y Andalucía, y ya os puedo adelantar que será una edición monumental.
Podéis encontrar toda la información tanto de las pasadas como de la siguiente edición del raid en su web oficial: www.spainclassicraid.com.
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