Concentración de Góis. Tasse Bem
Escrito por Miguel A. Fernández el 13/09/2017 en Rutas, KDDs y Concentraciones
Es bien conocido que, en muchas ocasiones, una concentración de motos (como un GP, un salón…), no es más que una excusa para coger la moto y viajar.
En el caso de la concentración de Góis, que este año llegaba a su 24ª edición contamos además, con la doble alegría de que “la excusa” (la concentración), es una de las mejores concentraciones estivales de cuantas he conocido a lo largo de más de 30 años de asistir a concentraciones, y de que el viaje para llegar a ella, es, en sí mismo, motivo más que suficiente para coger la moto.
Un año más, me he dejado “perder” por el GPS, que me ha hecho descubrir nuevos e impresionantes paisajes que no había visto aún en mis dos anteriores visitas. Bosques y más bosques, infinidad de curvas por perdidas carreteras e incluso, un par de Km. de pista de tierra para entrar a Góis por un sitio más original que los normales.
Una vez en Góis, descubriremos que tanto la zona de acampada junto a la entrada principal de la concentración, la zona gastronómica, los escenarios, la zona comercial, las playas fluviales del pueblo y el propio pueblo están unidos.
En un largo e ininterrumpido paseo podemos ir de un lado a otro del pueblo y del recinto de la concentración sin necesidad de tener que tocar la moto para nada, disfrutando a lo largo de todo nuestro paseo del omnipresente río Ceira, que divide tanto el pueblo como la concentración en dos.
Poco a poco el número de españoles va en aumento, y prueba de ello es que incluso ya “pillan” en el sorteo de regalos; en esta ocasión fue el gallego Manolo Blanco a quién le correspondió un cheque regalo de 200 € en combustible, que eso sí, tendrá que ir a consumirlos a Portugal… no es mala cosa, no.
El Bike Show, como en ediciones anteriores estaba fuera del propio recinto de la concentración, junto a una de sus entradas y a la orilla del río, un lugar súper agradable para que la gente (también los no inscritos), puedan disfrutar de todas las motos presentadas. Este año estaba dedicado a la Ruta 66 y como novedad, la entrega de trofeos se realizó en el Palco (el escenario principal), entre concierto y concierto.
Hablando de estos, los conciertos, un año más he comprobado el buen nivel que tienen los grupos portugueses. Desde los años 90 acudiendo a la concentración de Faro y estos tres últimos a Góis, me han permitido ver mucho y bueno en este sentido.
En esta edición, la actuación que más me sorprendió fue la de Noidz y Kátia Guerrero. Noidz es un grupo que se presenta en el escenario usando máscaras completas, su imaginario gira en torno a la historia en que 5 seres alienígenas huyeron de su planeta destruido, a 20000 años luz, para vivir entre nosotros. Funden Trance, Metal y Música popular portuguesa como el que se come una tortilla.
Por su parte Kátia Guerrero, es una de las más internacionales cantantes de fado portuguesas que ha realizado giras por todo el mundo, incluida España. No se amedrantó cuando el grupo la invitó a cantar con ellos el tema “Estranha forma de vida”, de Amália Rodrigues, para su Álbum “2.0.1.3.”… el resultado es impactante, valiente y desde luego, muy logrado, y os aseguro que esto no es una opinión personal (que también), sino conclusión de los aplausos que les entregaron los miles de moteros que en ese momento estaban viendo el concierto.
El plato fuerte del cartel eran Moonspell, banda de metal originaria de la ciudad de Brandoa que durante los últimos 25 años llevan investigando con todas las formas posibles de metal, desde el Gótico al Heavy o el Folk, lo que les ha convertido en una de las principales bandas portuguesas. Ya los había visto en otras ocasiones y no defraudaron al personal, pero de ellos ya me lo esperaba.
Una de las cosas de las que más puede presumir Góis es de su recinto, con muchos árboles y su correspondiente sombra, que unidos al frescor proporcionado por el río hacen que incluso en las horas de más calor se pueda estar bien; de hecho, por las noches, se está bastante mejor con una cazadora o sudadera que sin ella.
La oferta gastronómica que podemos encontrar es muy amplia, tanto en el recinto de la concentración como en el propio pueblo, en el que podremos encontrar pequeños restaurantes en los que comer bien y a muy buen precio. En la zona del interior de la concentración, en el centro de los chiringuitos de comida hay muchos bancos corridos para poder comer a la sombra o cenar tranquilamente antes de que empiecen los conciertos.
En la otra parte del río, el largo paseo está repleto de tiendas con productos de todo tipo para el motorista, para el recuerdo y para tomarse un piscolabis a cualquier hora.
La zona de acampada, con cientos de tiendas, ofrece un aspecto magnífico, y en ella hay una zona reservada para barbacoas donde el personal se prepara sus propias viandas, creando un increíble y agradable ambiente, más propio de un mercado africano que de una concentración de motos, y es que al final, de lo que terminas dándote cuenta, es de que el ambiente que esta concentración ofrece es muy especial.
Tiene todas las ventajas e inconvenientes que cualquier macro concentración pueda tener, pero el escenario donde se celebra es muy especial e invita a disfrutar de un fin de semana tan activo o relajante como uno quiera, siempre encontrarás bullicio si es lo que te apetece, pero también un lugar tranquilo y relajado en el que mantener una pausada charla sin tener que levantar la voz.
La naturaleza que te rodea te acoge y consigue que te sientas realmente bien. En la galería tenéis cerca de 200 fotos, una pequeña muestra, una ligera idea de lo que podréis ver en Góis si el próximo año decidís acudir.
Si, sin duda en Góis, “Tasse Bem”.
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