I Nomad Rally. Para auténticos todo terreno
Escrito por Miguel A. Fernández el 03/12/2017 en Motos, Rallys y Raid 4x4
¿Qué es un vehículo todo terreno?. Tanto si hablamos de motos como de coches, podríamos iniciar una interesante discusión sobre las capacidades off road que han de tener los vehículos para desenvolverse por terrenos difíciles.
Sin embargo, y a pesar de estar seguro de que en esa discusión se aportarían muy buenas ideas, es más que probable que nos olvidásemos del implemento más importante, de la pieza fundamental de estos vehículos: su piloto.
Sin embargo, y a pesar de estar seguro de que en esa discusión se aportarían muy buenas ideas, es más que probable que nos olvidásemos del implemento más importante, de la pieza fundamental de estos vehículos: su piloto.
Oigo continuamente a muchos aficionados decir que les encantaría “bajar a Marruecos”, pero que su coche/moto no están lo suficientemente equipados como para emprender este tipo de viaje… que puede ser, para quién se lo quiera creer, una buena excusa. Desde mi punto de vista, sin embargo, solo pueden ser dos cosas: o desinformación, o no querer reconocer que el que no es “todo terreno” es él.
Esta larga introducción viene a cuento tras haber vivido desde el interior la primera edición del Nomad Rally, un rally para scooters que ha recorrido buena parte del sur marroquí por pistas de todo tipo y, en ocasiones, muy complicadas.
Esto último no tiene demasiado valor si no nos fijamos en el detalle “para scooters”. Si, Vespas y Lambrettas (aunque en esta primera edición solo haya habido Lambrettas), con un buen montón de años a sus espaldas.
No, evidentemente no son el vehículo ideal para meter en estos terrenos, pero cuando se da la circunstancia de que el piloto sí es un verdadero “todo terreno”, las limitaciones de la máquina se ven sobradamente compensadas por la pasión, el empuje y el pundonor de este.
Media docena de valientes, aventureros, auténticos “todo terreno”, bajaban sus motos del camión en Marrakech para enfrentarse a una semana en la que a lomos de sus veteranas monturas, recorrerían el Alto Atlas, el Jbel Sarhro, y las más variadas zonas de los alrededores de Zagora, donde se instalaría la caravana.
La primera etapa les llevaría desde la monumental ciudad de Marrakech hasta la población de Skoura, en las inmediaciones de Ouarzazate, para ello deberían cruzar el Alto Atlas por una zona en la que se superan los 2.200 mts de altitud en varias ocasiones y donde la falta de oxigeno, ya la notan de forma muy acusada los veteranos motores de las Lambretta, que se veían en dificultades para coronar algunas de las cuestas más empinadas.
A pesar de ello, de las paradas para cambiar bujías, del divertido pic nic al mediodía, todos llegaban, con las últimas luces del día hasta el hotel, habiendo disfrutado de unos paisajes inolvidables.
La segunda etapa sería dura, habría que atravesar el Jbel Sarhro, y como bien sabe cualquiera que conozca la zona, no hay pista fácil para atravesar esta impresionante cadena montañosa.
Un paisaje lunar se iría abriendo ante los ojos de los participantes para mostrarles sin recato su extrema belleza y dureza a partes iguales. Los vastos espacios de roca desnuda, desprovista de vegetación, hacen honor al nombre de estas montañas, prolongación hacia el Este de la cordillera del Anti-Atlas y separada de ella por el valle del río Draa, ya que Sarhro, en bereber, significa sequía.
Duras subidas con piedra suelta, escalones y retorcidos giros, ponían a prueba a máquinas y hombres que, en muchas ocasiones, se tenían que bajar de la moto para empujar. Finalmente, todos llegarían, en mejor o peor estado hasta las comodidades del hotel Siroko, en Zagora.
La tercera etapa llevaría a los participantes hacia el noreste de Zagora, pasando primero por el paso entre los Jbel Rhart y Jbel Tadrart, e introduciéndose después por las hamadas que separan el Erg Chegaga del Erg Chebbi, los dos desiertos de arena más famosos de Marruecos.
Nos encontramos inmersos en la mayor hamada del mundo, la hamada del Draa, ubicada entre Marruecos, Argelia y el Sáhara Occidental, un tipo de desierto que constituye el 70% del desierto del Sáhara.
La cuarta etapa, en principio comenzaría como la anterior, en dirección este, atravesando el mismo paso que la jornada anterior, pero tras ello enseguida giraría hacia el sur para hacer un recorrido que circunvalaría todo el macizo montañoso del Jbel Tadrart.
A las pistas entre hamadas, como la etapa anterior, en esta habría que añadirle, ya al final de la etapa, un duro paso pedregoso que pondría en apuros a todos y cada uno de los participantes, que finalmente, llegarían agotados a las instalaciones del Siroko.
Totalmente al sur de Zagora transcurriría la quinta etapa, que recorrería algunos de los lugares más bellos de la parte final del palmeral del Draa, ya muy cerca de la población de Mhamid, y atravesaría el Jbel Bani en dirección norte para volver de nuevo, en esta ocasión por el este, a las comodidades del hotel en Zagora.
La acumulación de cansancio en las máquinas, a estas alturas del rally, superaba por poco a la de los pilotos, que de acuerdo con la organización, decidieron que la etapa del día siguiente se anularía y se tomaría un día de descanso, en el que además de no madrugar y tener tiempo para realizar las reparaciones necesarias en todas las motos, realizarían una excursión turística, a bordo de los 4×4 de la organización, que permitió que todo el personal recuperase fuerzas y disfrutase de los paisajes con mayor comodidad.
Por la noche, se realizaría la entrega de trofeos y recuerdos a todos los asistentes que, comentaban como en principio no esperaban encontrarse con una prueba tan dura, pero que gracias a su esfuerzo y a las altas dosis de solidaridad entre ellos, pudieron superar.
De la misma forma, la séptima y última etapa, mantendría su recorrido, pero se haría de forma neutralizada, todos en caravana, para realizar con mayor seguridad y tranquilidad el largo trayecto (más en horas que en Km.), que separaba Zagora de Marrakech.
Efectivamente, esta prueba, sus recorridos, sus etapas, están diseñadas para ser realizadas por un “todo terreno”; ¿Lo eres tú?, porque si es así, solo tienes que hacerle una pequeña preparación a tu Vespa o Lambretta y apuntarte para participar en la próxima edición, que se celebrará los próximos 12 a 21 de octubre de 2018. La aventura está asegurada.