V Rally Clásicos del Atlas Invernal
Escrito por Miguel A. Fernández el 26/12/2017 en Rallys y Raid 4x4
Un sol “de mentira”, de los que ilumina pero no calienta, fue el que recibió a los participantes de esta quinta edición del Rally Clásicos del Atlas Invernal en la ciudad de Tetuán, lugar donde se celebrarían las verificaciones técnicas y administrativas y desde donde, al día siguiente, se saldría hacia la población de Chefchaouen, donde daría comienzo el tramo de regularidad de la primera etapa.
300 Km. entre tramos de regularidad y enlace que terminarían llevando a todos los participantes hasta la imperial ciudad de Fez… aunque antes, en el final de tramo cronometrado, y a 50 metros de la bandera de meta, se encontraron un vadeo, que ponía en aprietos a muchos de los 4×2 que tuvieron que “mojarse los pies” para poder completar el tramo.
La segunda etapa habría de unir Fez con Midelt, ya en la parte sur del Medio Atlas y en las estribaciones del Alto Atlas, lo que llevaría a toda la caravana a disfrutar de unos impresionantes paisajes de montaña, bosques, algún que otro barrizal, grandes charcos y, a darse cuenta de que de no estar atento al rutómetro, era más que fácil despistarse por alguna de las innumerables pistas que estas zonas montañosas iban poniendo bajo los neumáticos de los coches de todos los equipos.
Ya en esta segunda etapa se pudo ver como los participantes sacaban a relucir el aspecto más solidario de este rally, que no es otro que el paulatino reparto de material escolar, ropa de abrigo y medicinas entre aquella parte de la población más necesitada de estos elementos, “caja solidaria” que cada equipo lleva en su coche y que va haciendo entrega a lo largo de todo el raid.
La tercera etapa del Rally Clásicos del Atlas Invernal daba comienzo en Midelt, con un largo tramo de enlace que nos llevaría a atravesar el Alto Atlas y pasar por la ciudad de Errachidia, tras la cual daría comienzo el también largo tramo cronometrado, de más de 120 Km. que nos habría de llevar hasta la ciudad de Erfoud tras más de 400 Km. en total.
Pistas de todo tipo y un buen número de ríos y lenguas de arena pondrían en aprieto a todos los coches de tracción simple que tendrían que bregar duro durante la primera parte de la jornada.
La dificultad no terminaba allí, y tras cruzar la carretera que une Errachidia con Erfoud, la navegación sería la que pondría en aprietos a un buen número de participantes, dando como resultado que tan solo tres de ellos lograrían cruzar la meta, ya de noche.
La cuarta etapa arrancaría para los participantes poco más allá de las cuatro de la madrugada, ya que el primero de ellos tomaba la salida a las cinco y media.
Mucho polvo y las pistas rápidas que nos llevaría a atravesar el Lago Maider, la zona del Kem-Kem o el Jbel Banni, llevarían finalmente a todos los participantes a la ciudad de Zagora, donde se pasarían dos días.
Más de 300 Km. de pistas desérticas y arenosas, más fáciles en cuanto al terreno al que se enfrentaron, pero más complicadas en el apartado navegación, ya que era bastante fácil despistarse y terminar perdido, como les pasó a un buen número de equipos.
La quinta etapa, básicamente un bucle de 150 Km., daba comienzo al norte de la ciudad de Zagora, para recorrer algunos de los lugares más bellos del Valle del Draa.
El río Draa es, con 1100 Km. de longitud el más largo de Marruecos, nace en las cumbres del Alto Atlas y se abre paso entre los montes Saghro y Siroua, en el macizo del Anti-Atlas. Tras alcanzar la ciudad de Agdz, donde empieza propiamente el Valle del Draa, crea durante los siguientes 200 Km. una suerte de cadena de oasis, lleno de palmerales y huertos, hasta que sus aguas se filtran en las arenas del desierto, pasado Mhamid para seguir su curso de forma subterránea, dirigiéndose durante más de 600 kilómetros hacia el Atlántico, con su desembocadura a la altura de Tan-Tan.
Tras recorrer estos paisajes, los participantes regresaron para pasar su segunda noche en Zagora, donde aprovecharon la presencia de los mecánicos locales para volver a poner en forma, de la mejor manera posible, sus ya castigadas máquinas.
La sexta etapa también saldría dirección norte, pero en esta ocasión pasaríamos la ciudad de Agdz, el puerto del Tizi-n-Tinifift y ya en tramo de regularidad, se introduciría en las rocosas paredes del Jbel Tifermine, en las estribaciones del espectacular Jbel Saghro, tras lo cual, ya en dirección norte, todos alcanzarían la ciudad de Ouarzazate, donde esa noche, en el hotel Oscar, situado entre los escenarios del Atlas Film Estudio, escenario de multitud de famosas películas, se cenaría en la sala de los papiros de la película Kundun.
La última etapa de esta quinta edición del Rally Clásicos del Atlas Invernal tendría un desarrollo “de cine”, ya que tras pernoctar en el Hotel Oscar, situado en el interior de los estudios de cine Atlas, todos los participantes realizarían una corta etapa que les llevaría a pasar por escenarios de algunas famosas películas.
De igual forma, la meta, situada en el interior de los estudios, les permitiría posar con sus coches bajo un arco que enmarcaba la entrada de un templo egipcio, perfecto final para esta superproducción que durante algo más de una semana habían vivido.
La entrega de premios fue el momento de homenajear a los más jóvenes, a los menos, a los más lejanos, a la nutrida participación femenina… y de entregar sus trofeos a los ganadores de las tres categorías, aunque como siempre pasa en esta prueba, la sensación de todos los presentes era de que todos y cada uno de los participantes eran ganadores.
1700 Km. de recorrido, de los que 700 de ellos lo habían sido de regularidad, habían visto pasar a los veteranos coches con más de 20 y 30 años, que son los admitidos para participar en este rally, el más veterano para coches clásicos de cuantos se celebran en Marruecos y que con las ya ocho ediciones celebradas de la edición solidaria (en Semana santa), suma trece ediciones.
La próxima, de primavera, contará como ya es habitual con un recorrido totalmente nuevo, que eso sí, seguirá haciendo disfrutar a pilotos y copilotos de algunos de los mejores paisajes con los que nos regala la variada orografía marroquí. Allí nos vemos!.
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