Siempre Ruedas y Motor

La quinta edición del Rally Clásicos del Atlas Solidario daba comienzo con la cita de organización y participantes en el Hotel Holiday Inn de Algeciras.
Tras pasar las correspondientes verificaciones administrativas y técnicas, los más de 70 coches participantes se dirigieron al puerto de Algeciras, en dos grupos, para enfrentarse, ya en Ceuta, al primero de los “tramos”, el que supondría las cuatro horas de caravana para poder superar la frontera de la ciudad autónoma.
Por suerte, tras superar este escollo y realizar un enlace por carretera hasta Fez, les estaría esperando un hotel de cinco estrellas y tiempo suficiente para realizar una turística visita a la ciudad imperial.
El domingo por la mañana se celebraría el primer briefing de la prueba, momento que se aprovechó para rendir un sentido homenaje a Jesús Flandes, ganador de la pasada edición y fallecido posteriormente mientras participaba en otro rally.
La primera etapa uniría Fez con Midelt, teniendo que realizar, además de los correspondientes enlaces, un tramo de regularidad de sesenta Km. para el que se dispondría de 110 minutos.
Primeras experiencias para algunos, primeras averías para otros, primeras espectaculares vistas para todos, en una etapa en que finalmente todos los coches llegarían a la meta.
Sin casi tiempo de aclimatación, la caravana de participantes se encontraría con la etapa maratón, una etapa que duraría dos días y que incluía un tramo nocturno.
Un primer tramo de 36 Km. en que los primeros ríos de arena y oueds secos se ocuparon de poner en problemas a los vehículos de tracción simple sería el comienzo de la jornada, unos pasos que no permitían, además, descuidar la navegación, que llevó a que algunos se perdieran y llegaran tarde a la meta.
Tras este primer tramo, y ya inmersos en los espectaculares paisajes que el Atlas ofrece, daba comienzo un segundo sector de regularidad en el que había que recorrer otros 56 Km. en 100 minutos. Aunque la navegación en este tramo no ofrecía demasiados problemas, estos venían de lo ajustado del tiempo y de lo atento que había que estar a la conducción, en algunos puntos en los que lo peligroso del trazado rivalizaba con la belleza de lo que se nos presentaba ante la vista.
Finalmente y ya con las últimas luces, se daba la salida para el tercer tramo del día, 47 Km. a realizar en 100 minutos, en una pista que en general se encontraba en buenas condiciones pero que tras los Km. acumulados en la jornada, ya empezaba a pasar factura a algunos de los vehículos, especialmente a los 4×2, varios de los cuales debieron de ser remolcados por la organización hasta el final de la etapa, en la localidad de Gourrama.
El siguiente y último tramo de la etapa maratón se realizaría al día siguiente, saliendo de las inmediaciones de Erfoud, hasta ese momento, los equipos tenían total libertad para elegir el lugar y el modo de alojamiento. En el saco y junto al coche esperando al mecánico, en la tienda acampado en algún punto del camino, en algún albergue, hotel… la aventura se sigue viviendo hasta en los momentos de descanso.

Belleza y dureza a partes iguales se dieron cita en el último sector de la maratón, que recorrería, a lo largo de 85 Km. buena parte de la conocida como zona de los monumentos, al noroeste de Erfoud. Pistas rápidas, traicioneras dunas, pasos arenosos y dos controles de paso, el primero en la “Escalera del Cielo” y el siguiente en la “Ciudad de Orión”, eran lo que, sobre el papel, tenían que realizar los participantes, y que en la practica se convirtió en una de las imágenes más típica y deseada de este rally, coches atrapados en la arena por doquier, palas, planchas, el compañerismo de los participantes haciendo causa común para desatascar primero un coche y luego el siguiente, la solidaridad de los 4×4 eslingando a los 4×2 en zonas en las que debido a lo blando de la arena, algunos todo terreno tenían dificultades para pasar… Clásicos del Atlas en estado puro.

El balance final era de casi 20 coches que tenían que abandonar perdiendo cualquier opción de quedar bien situados en la general, si bien, esto es lo menos importante para la mayoría, que encuentra el mayor premio en la aventura que supone participar en esta prueba. La comodidad de un acogedor hotel les esperaba como premio a su esfuerzo durante la jornada.
La cuarta etapa se componía de 85 Km. a realizar en 180 minutos con llegada en las dunas del Erg Chebbi, aunque finalmente la etapa no resultó excesivamente dura, no comenzaba así, y a poco de tomar pista, una subida que culminaba en un río de arena “atrapaba” a casi la totalidad de los 4×2, que de nuevo se veían obligados a tirar de implementos, compañerismo y la solidaridad de los pocos 4×4 más retrasados, que de nuevo resultaron vitales para ahorrar buenas dosis de sudor a sus compañeros.
La también típica noche de “barra libre”, una “clásica en el Clásicos”, dio un respiro a los participantes, y tras la cena, alrededor de la piscina del albergue y mientras tomaban una copa relajadamente en una tumbona o se echaban un baile, pudieron comentar con sus compañeros las aventuras y desventuras vividas hasta ese momento en un rally que había superado su ecuador y que de nuevo miraba hacia el norte para realizar sus últimas etapas.
La quinta etapa, discurriría en una zona muy cercana a las fronteras de Argelia, y a recorrer los 36 Km. de que esta constaba, tan solo salieron 47 de los equipos, aprovechando otros para reparar y poner el coche a punto para las etapas siguientes.

Tras terminar la etapa, los 4×4 por un sitio y los 4×2 por otro, realizaron neutralizados un enlace que les llevaría hasta la población de Begaa, donde se encontraba el colegio en el que este año se repartiría el material solidario que cada participante portaba en sus coches.
Una tonelada de material donado por El Corte Ingles, la ONG Esport Solidari Internacional y los propios participantes, además de medicamentos, que se cedieron a la organización Bambini Nel Deserto, pusieron la sonrisa más amable, de todas cuantas se viven a lo largo del Clásicos del Atlas, en las caras de todos los participantes, que felices echaron un rato largo jugando con los niños antes de hacerse la foto de grupo con ellos.
Tras la entrega, tramo de enlace hasta Errachidia, donde nos reuniríamos todos y se dejarían los coches lo más preparados posible para los tramos del día siguiente.
Dos tramos, uno de 30 Km. y otro de 36 Km. comenzando en las proximidades de la localidad de Gourrama, llevarían a los 53 equipos que tomaron la salida por unos paisajes muy diferentes a los de las etapas anteriores en esta sexta y penúltima etapa. Aquí, las impresionantes gargantas y las rocas serían las protagonistas de una etapa en la que tres equipos se vieron obligados a abandonar, y es que a estas alturas, la paliza que llevan los coches es ya muy importante.
La etapa terminaría en el acogedor camping Timnay, que también utilizamos en la segunda jornada y donde muchos realizaron las reparaciones pertinentes para poder afrontar la última etapa.
Si bien, el hecho de terminar ya es un premio para todos los participantes, no es menos cierto que en el Clásicos del Atlas existe una clasificación, y esta, por arriba estaba muy, pero muy ajustada. Especialmente en la categoría 2.1 la correspondiente a 4×4 con más de 20 años, en la que el Jeep Wrangler del equipo Caorfe, el Subaru Legacy del equipo Vázquez Racing Team y el Nissan Patrol de Pinesa Team llegaban a esta séptima y última etapa con claras posibilidades de alzarse con la victoria final.
La emoción quiso hacer acto de presencia hasta el último minuto del rally y cuando todo parecía controlado por los líderes, Castor J. Ortega y Mª Carmen Díaz, pinchaban el neumático trasero izquierdo de su Wrangler. Poco después llegaban hasta ellos sus rivales, que en un ejemplo más de deportividad, se detuvieron a echarles una mano. Sin embargo, una de las tuercas de la rueda, totalmente trasroscada, se negaba a salir… los minutos seguían pasando, y finalmente, deciden intentar lo imposible, seguir con la rueda pinchada e intentar llegar a la meta.
Tras destruir en primera instancia el neumático, lo siguiente fue la llanta de aluminio, que poco a poco se fue “comiendo” hasta ver como finalmente y justo en su minuto, podían cruzar la línea de meta sin penalizar y la llanta totalmente destrozada a la que solo le quedaban los palos. Agónico final para una épica victoria. Tras ellos se situaban Juan M. León y Jorge Morais con el Subaru Legacy y el tercer escalón del podio iría a las manos de Cipriano Aguado y José A. Martínez con su Nissan Patrol, empatados a puntos con los segundos clasificados.
En la categoría 1.2 reservada a los 4×2 con más de 30 años, el vencedor fue el Team Renault 4 F6 Rally de Luís Ruiz y Ángel Sánchez, seguidos del Talbot Horizón del Team Rianxeira, con Javier Iglesias y Abrahán Rodríguez a sus mandos y del Seat Panda del mismo team con los debutantes Oscar Pérez y Juan J. Sánchez que se hacían con la tercera posición.
En la categoría 1.1 para 4×2 con más de 20 años, Miguel Llansola y Jacobo Tirado llevaban su Peugeot 205 hasta la primera posición, acompañados en el podio por el Renault 5 de Miguel A. Bravo y Francisco J. Duarte y del Renault 4L de Rafael García y José I. Moreno.
Finalizaba la etapa, quedaba el enlace hasta el hotel de 5 estrellas de Fez donde comenzamos el rally y donde se realizaría la ceremonia de entrega de premios.
Un año más, el Rally Clásicos del Atlas se superaba a si mismo y ofrecía a sus participantes la prueba con la mejor relación calidad-precio de cuantas se realizan en nuestro país para coches clásicos.
Apta para coches 4×4 y 4×2, con ingredientes diseñados para hacer disfrutar tanto a los que tienen el espíritu más competitivo, como a los más tranquilos que solo quieren disfrutar de los espectaculares paisajes que ofrece Marruecos, arropados por una experimentada organización.
Cómodos hoteles, acogedores y típicos albergues, haimas, camping, billetes de barco para coche y personas, asistencia mecánica… todo ello incluido en un precio más económico que si te fueras tú solo a realizar un viaje de la misma duración.
Sin duda, el Rally Clásicos del Atlas puede ser la mejor opción para ponerle un broche de oro a ese coche clásico que tienes abandonado en el pueblo o en el garaje, y si te has perdido esta edición, puedes inscribirte para la próxima invernal, que se realizará entre el 29 de noviembre y 7 de diciembre próximos, que transcurrirá por Rabat, Marrakech, Essaouira, Agadir, Ouarzazate, Errachidia, Midelt o Fez y que promete devolver alguna de las etapas míticas de playa ya vividas en anteriores ediciones. Tienes toda la información en su Web: www.teknisportmotor.com, si te decides, allí nos vemos. Si tienes dudas, puedes ver lo bien que lo pasaron los participantes en la última edicón

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