8º Rally Clásicos del Atlas Solidario. Te hará sentir grande
Escrito por Miguel A. Fernández el 10/05/2017 en Rallys y Raid 4x4
La principal prueba para coches clásicos de cuantas se celebran en Marruecos, el Rally Clásicos del Atlas, llegaba a su octava edición de primavera, el denominado Solidario, pues no podemos olvidar que además de estas ediciones, también se han celebrado otras cuatro más durante el mes de diciembre, denominado Invernal.
En esta ocasión, había un nuevo cambio en la localización de la salida, que en lugar de celebrarse en la ciudad de Meknes, como en ediciones anteriores, lo hacía mucho más al norte, en Tetouan, debido a que en esta edición la mayor parte del recorrido era nueva.
Un complicado paso del estrecho motivado por el temporal de viento que azotó la zona y que llevó al cierre del puerto de Tarifa, motivo que muchos participantes no pudieran llegar a Tetouan el día previsto para las verificaciones administrativas y técnicas de la prueba, dando como resultado que al final del sábado, aún faltaban 21 equipos por llegar.
Esta circunstancia obligó a la organización a tener que suspender la primera etapa, prevista para el día siguiente, y dedicar esta jornada para realizar tanto el resto de verificaciones como el imprescindible briefing de bienvenida, ya con todos los participantes. Como mal menor, todos ellos pudieron dedicar la tarde a realizar un poco de turismo a la vez que se desplazaban hasta la ciudad de Fez, lugar donde debía haber terminado la primera etapa y donde todos pernoctarían.
Tras terminar las verificaciones se pudo comprobar como una edición más, el número de todo terrenos va en aumento en detrimento de los vehículos de dos ruedas motrices, posiblemente debido a que el Clásicos del Atlas no es “un paseo”, como algunos creen, sino un rally duro en el cual cada participante a de luchar a diario contra el reloj y los tramos complicados, tramos que en ocasiones, y debido a las inclemencias del tiempo, se ponen realmente difíciles.
En estas circunstancias, en las que en un cuatro por cuatro hay que “andar fino”, ir a lomos de un Renault 4L, un Seat Marbella, un Peugeot 405 o un ¡Citroën Ami 8!, como en esta edición, se presenta como un reto reservado para los más valientes.
Aún así, la solidaridad es parte intrínseca del ADN de este rally, y un año más, la gran mayoría de todo terrenos (los hermanos mayores), siempre estaban ahí para echar una mano a los más pequeños,evitando que estos penalizasen si tenían que ser ayudados por la organización.
Tras esta primera etapa fallida, por fin, el lunes comenzaba el rally de verdad, con un tramo de regularidad de más de 100 Km. y que sería la prueba de fuego para todos los participantes para testar su grado de competitividad de cara a la etapa maratón que se celebraría al día siguiente.
Una primera etapa que en un primer momento transcurriría por frondosos bosques, los que se atraviesan al pasar por el Macizo de Kandar, pasando por las inmediaciones de Sefrou, Ifrane y la estación de sky de Misschliffen.
Posteriormente, las pistas se ensancharían hasta llegar a las inmediaciones de Timahdite, desde donde ya por carretera, se realizaría un tramo de enlace hasta la ciudad de Midelt.
La tercera y cuarta etapas serían las que daría forma a la etapa maratón, que se compondría de más de 700 Km. entre tramos de enlace y de regularidad.
La primera de las jornadas comenzaría con un enlace desde la ciudad de Midelt hasta un punto de la carretera que une Errachidia con Goulmima, allí giramos a la izquierda y llegaríamos a la población de Tarda, lugar donde todos los participantes hicieron entrega de los más de 1200 kg. de material escolar e infantil que esta edición del Rally Clásicos del Atlas aportaba.
La entrega fue un poco más caótica de lo previsto, al no presentarse la persona que debía de organizar la entrega, lo que no impidió que finalmente esta se pudiera realizar y que los participantes pudiesen echar un rato de risas y fuegos con los niños de la población.
Las pistas que a continuación se encontraron los participantes en dirección sur les mostraban los paisajes pre desérticos del norte del Tafilalet, sin embargo, cuando giraron al este se empezaron a encontrar con numerosas lenguas de arena que llegaron a poner en aprietos a algunos 4×4 y que fueron motivo de duro trabajo para todos los participantes a lomos de los turismos 4×2.
La organización se tuvo que emplear duro en esta zona para rescatar a muchos 4×2 que una vez tras otra caían en las trampas de arena, sin duda todo un curso de conducción en arena el que se llevaron todos ellos.
Más adelante, y tras cruzar la carretera que baja hacia el sur desde Errachidia, todos los que hasta allí habían llegado tuvieron que circunvalar el desierto del Erg Chebbi desde su zona noreste, hasta el sur, donde en las proximidades del pueblo minero de Mfis alcanzaron la meta.
A pesar de la dura jornada anterior, los participantes hubieron de levantarse bien pronto para realizar la segunda parte de la etapa maratón, ya que a las 5,30 de la madrugada se daría la salida al primero de ellos.
Estamos en el corazón del Tafilalet, históricamente Sijilmasa, ciudad medieval bereber hoy en ruinas, dos kilómetros al norte de la actual ciudad de Rissani, que puede considerarse como el origen de Marruecos, pues fue allí cuando en 1631 fue proclamado sultán Mohamed I de Marruecos.
Sin embargo, los participantes no tenían tiempo (ni luz), para poder apreciar las bellezas de la zona, pues bastante tenían con encontrar la pista correcta en una zona, donde estas se cruzan con frecuencia y es difícil saber si vamos en la dirección correcta.
Poco a poco se fueron sumergiendo en el maremágnum de pistas que llevan hacia el Kem Kem, pasando antes por las gargantas en las que se encuentra el Oasis del Mharech y girando entonces hacia el oeste para llegar a la pequeña población de Tafraout Ait Atta, también conocida como Tafraout du Sud (no confundir con la ciudad de Tafraoute, en el Anti Atlas), lugar donde tenían un control de paso.
Siempre dirección oeste, los participantes tendrían que pasar aún por otro control de paso cerca del pequeño poblado de Oum-Jrane y más adelante la meta, para ya por carretera seguir un sencillo enlace hasta Zagora, donde terminaría la etapa.
La quinta etapa tuvo su inicio y final en la ciudad de Zagora, siendo testigos del paso de los participantes el Valle del Draa con su impresionante palmeral y los pasos montañosos que separan el Jbel Bou Zeroual del Jbel Rhart.
Palmerales de todos los tamaños con pistas relativamente fáciles y menos exigentes que las jornadas anteriores, tanto en lo que a navegación se refiere como a conducción, dieron como resultado una entretenida jornada que se pudo terminar a la hora de la comida, por lo que la tarde fue aprovechada para descansar, hacer turismo por Zagora o realizar alguna de las ya necesarias reparaciones en los castigados coches.
La sexta etapa daría comienzo con un largo pero bello enlace, el que llevaría a los participantes desde Zagora por el Valle del Draa, permitiéndoles apreciar su magnitud, pasar por la importante población de Agdz y atravesar el Tiz-in-Tinififft con sus 21 Km. de curvas y sus montañas, en las que la erosión de siglos ha hecho aparecer la estructura de los estratos que las componen
Poco más adelante, en las estribaciones del Djbel Tifernine, se daría la salida al tramo de regularidad que, por pistas de todo tipo, pequeños oueds y palmerales, terminaría en las inmediaciones de la ciudad de Ouarzazate, donde se pernoctaría.
Aunque aún quedaba por celebrarse la séptima y última etapa, esa noche se celebró la cena de despedida, cena que tuvo lugar en uno de los escenarios en los que se rodó la película Kundun, dirigida por Martin Scorsese en 1997 y que narra la vida del Dalai Lama.
Concretamente, en la biblioteca de papiros que aparece en la película, los participantes se encontraron con un grupo de música bereber con los que pudieron cantar y bailar, para, a continuación, disfrutar de un estupendo buffet y posteriormente, seguir la velada en la piscina del hotel, que no era otro sino elHotel Estudio Oscar, donde aún en la actualidad se siguen rodando películas, como pudimos apreciar al día siguiente.
Tan solo 32 km. componían la última etapa, una etapa que transcurriría por los alrededores de los estudios de cine de Ouarzazate, de fácil trazado para pilotos pero con ciertas complicaciones para los copilotos, dadas las múltiples pistas con las que se cruzaron.
Los escenarios de la parte trasera del hotel sirvieron como telón de fondo para realizar la entrega de trofeos y las múltiples fotos que unos y otros quisieron hacerse tras haber conseguido llegar al final.
El Rally Clásicos del Atlas es un rally apto para todo el que desee realizarlo, y quiero hacer hincapié en el significado de “todo el que desee realizarlo”, pues no hace falta ser piloto de coches, no hace falta ser el mejor navegante y no hace falta un carísimo coche, pero si hace falta “querer” realizarlo, estar dispuesto a superar dificultades, incertidumbres, contratiempos, a pasar calor, quizás frío, llenarse de arena, barro e incluso nieve, para finalmente, conseguir realizar una auténtica aventura. A veces será duro, superarlo te hará sentir grande.
Si lo deseas, puedes vivir la edición Invernal, que se celebrará los próximos días 2 a 10 de diciembre con el mismo itinerario, puedes encontrar toda la información aquí.
Etiquetas: Clasicos del Atlas 2017, coches clásicos, Marruecos, Raid, Rally