Prueba Renault Grand Scenic 1.6 dCi 130 CV
Escrito por Miguel A. Fernández el 27/08/2012 en Pruebas Coches
Modularidad total
El nuevo Grand Scénic se pone al día y muestra un cambio que va más allá de lo puramente estético, y toca la mecánica, el equipamiento interior y la dotación tecnológica.
Tras su lanzamiento inicial hace 15 años (1997), cuando se llamaba Renault Megane Scénic, llegó una segunda generación (del 2003 al 2009), generación que ya perdía la denominación “Megane” y se desdoblaba en dos versiones, el Scenic de 5 plazas y el Grand Scenic, de 7.
El 2009 nos presentaba una tercera generación en la que se veía más claramente la diferenciación que había entre el más “deportivo” Scenic y el más “señorial” Grand Scenic, con un importante avance en ambos modelos, en cuanto a terminación y calidad general.
Ahora, en 2012, con casi cuatro millones de unidades vendidas en todo el mundo de las tres anteriores generaciones, llegan los nuevos modelos con tal número de cambios, que más allá de un restyling de la generación existente, cabe hablar sin dudarlo de la cuarta generación.
Con cuatro terminaciones, que comienza con la “Authentique”, el más básico, pero bien equipado, “Expression”, “Dynamique” y “Privilege”, la más completa de todas y unos precios que se mantienen respecto a la generación anterior, el nuevo Grand Scenic quiere seguir situado en los puestos de honor de la categoría de los grandes monovolúmenes. Veamos sus armas para conseguirlo.
Diseño
A diferencia del Scenic “pequeño”, su diseño es más serio y formal, prevaleciendo la sobriedad, si bien, la alta línea de cintura ascendente hacia la trasera y la línea de techo, cayendo a la misma vez hacia atrás, terminando ambas en los modernos grupos ópticos traseros, le otorgan un aire de modernidad.
Se diferencia del modelo anterior por un nuevo frontal que incluye nuevos faros, aletas, paragolpes e inserciones en cromo tanto en frontal, como en las puertas o el portón trasero.
Incorpora nuevas luces diurnas con Led, nueva rejilla frontal más amplia y alargada o llantas de nuevo diseño.
También hay dos nuevos colores disponibles: un rojo granate y un azul eléctrico.
Habitabilidad
A diferencia del Scenic (4,37 m de largo, 1,84 m de ancho, 1,64 m de alto y 2,70 m de batalla), el Grand Scenic es sensiblemente más grande, mide 4,57 m de largo, tiene la misma anchura, es ligeramente más alto (1,65 m), y tiene una batalla de 2,77 m.
Con esos 4,57 de longitud, puede alojar en su interior cinco o siete pasajeros (las dos últimas plazas como opción).
La visión es amplia, tanto para el frente como para los laterales, con unos retrovisores amplios que ofrecen buena visión.
Una de las cosas que me ha gustado es que en la segunda fila de asientos, las tres plazas son idénticas, y se reparten el espacio a partes iguales. También y como ocurre con la primera fila la altura de la que dispondrán los ocupantes es notable y el hueco para las piernas, especialmente por poderse regular en longitud, también es muy adecuado, sea cual sea la talla del ocupante.
Las dos plazas de la tercera fila de asientos también son del mismo tamaño, si bien estas son más pequeñas y están pensadas más bien para niños o personas de no mucha estatura. Lo bueno, una vez más, es que se pueden abatir y quedar ocultas bajo el suelo del maletero, para así disponer de más capacidad de almacenamiento.
Vemos nuevas tapicerías y nuevos cromados que aumentan la calidad de acabado interior del coche, resultando esta de buena calidad tanto aparente como de ajustes. Se introducen nuevos pictogramas en la pantalla TFT y se añade nueva tecnología útil para el conductor. Se incluye la conexión manos libres Bluetooh en todas las versiones así como la opción del equipo de sonido Bose con 9 altavoces y el navegador Carminat con pantalla integrada en el salpicadero. La zona central del salpicadero, por debajo de los aireadores centrales y por encima de la palanca de cambios, incorpora los mandos del equipo de sonido y los del climatizador
Tiene bastantes sitios donde alojar todo tipo de objetos, de entre los que destacan el gran hueco que esconde el reposabrazos central delantero, y los huecos con tapa en el suelo de las plazas traseras.
En cuanto a la capacidad del maletero, el Grand scenic cinco plazas dispone de unos destacables 657 litros, y si le añadimos la opción de incorporar la tercera fila de asientos, esta capacidad se reduce en tan solo 81 litros cuando las llevamos plegadas.
Mecánica
La unidad que hemos probado, el 1.6dci de 130 CV, es el bloque intermedio de la gama y en mi opinión, el más equilibrado en la relación prestaciones/precio/consumo.
El motor diésel Energy es un tetracilíndrico en línea transversal, de 1598 c.c., 16 válvulas, common rail, turbo intercooler que entrega 131 CV a 4.000 rpm y un par de 320 Nm a 1.750 rpm. Ofrece un consumo combinado de 4,4 l/100 Km. (un 20% menos que el anterior 1.9 dCi 130 CV al que sustituye), con unas emisiones de CO₂ de 114 g/Km.
Destacan los avances para reducir fricciones y mejorar la eficiencia, como el nuevo sistema EGR que toma los gases después del conjunto de catalizador y filtro de partículas, el repartidor de aire variable para mejorar el swirl (turbulencia), de admisión, la distribución por cadena, Stop&Start y el alternador regenerativo entre otros.
Comportamiento
El motor es muy silencioso, y apenas se percibe que es un diésel, hasta el punto de que en el arranque, tampoco se comporta como un diesel y es extremadamente fácil que se te cale. Eso es lo que me ocurrió a mí la primera vez que lo cogí y algunas más a lo largo de esa primera mañana.
Esto está motivado por la nueva moda del “downsizing”, lo de bajar la cilindrada de los motores y sacarles rendimiento a base de sobrealimentación y electrónica. No es la primera vez que lo escribo, y no será la última, pues este punto no está todavía bien conseguido en los motores diesel de baja cilindrada.
El problema es, que a diferencia de un diesel “gordo”, que entrega par desde prácticamente el ralentí, en estos motores pequeños, en los alrededores de las 1.000 rpm no hay nada, y tienes que acelerarlos para arrancar como si se tratase de un motor de gasolina. No pasa nada y es simple cuestión de acostumbrarse (después de esa primera mañana, no se me volvió a calar ni una sola vez en la semana que lo tuve), pero es un comportamiento que a mí particularmente no me gusta.
Lo cierto es, que una vez superadas las 1.200-1.300 rpm y el turbo ya “quiere” empezar a soplar, el motor se empieza a sentir lleno y la entrega de potencia a lo largo de toda la gama de revoluciones se siente constante y lineal, suave y muy agradable, como corresponde a un coche de su segmento, sin mostrar nerviosismo o brusquedades en ninguna zona del cuentavueltas.
El sistema Stop&Start funciona muy bien, arranca el coche con rapidez y suavidad, nos permitirá estar más tiempo sin sentir ni la más mínima vibración y, especialmente en ciudad, conseguirá que los consumos sean más contenidos.
La suavidad del motor, es extrapolable a la confortabilidad que ofrece en carretera, encontrándose especialmente a gusto en autopista y carreteras nacionales con curvas de buen radio, mostrándose como una opción ideal para viajar con la familia.
La suspensión le hace un guiño a la comodidad, mostrándose más blanda que firme, especialmente en los primeros centímetros de recorrido, sin embargo, es capaz de sujetar muy bien los balanceos de la carrocería, no sintiéndose blando o “bailón” en ningún momento.
Seguridad
Con airbag frontal de conductor y pasajero, airbags de cabeza delanteros y traseros, airbags laterales delanteros, ABS con EBD y ayuda al frenado de emergencia (SAFE) y control de estabilidad (ESC) con control de subvirado (CSV), el Grand Scenic viene cargado con una buena artillería para protegernos de nuestros fallos.
Entre lo más destacado de esta nueva versión es el Visio System (cámara frontal situada delante del retrovisor interior), que reúne dos aplicaciones, el aviso por cambio involuntario de carril y el sistema de luces largas automáticas.
Valoración final
Con una modularidad especialmente diseñada para familias con muchos miembros, los cuales, podrán ir repartidos en el coche en muy diferentes configuraciones, dependiendo también, de la cantidad y tipo de carga que queramos transportar.
Unas prestaciones más que suficientes para viajar con la familia, aún cuando vayamos a tope de carga, unas terminaciones interiores que ganan en calidad respecto a las versiones precedentes, y más y nueva equipación, en lo que respecta a tecnología y seguridad, el Grand Scenic demuestra que a pesar de su veteranía, tiene cuerda para rato y que sigue siendo una opción a tener muy en cuenta cuando de lo que se trata es de elegir un monovolumen para transportar con comodidad y seguridad a nuestra familia.
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